«Chicles», el perrito maratonista

De perro callejero, a estrella de las redes.


Por Fernando Revuelta – Maratonista

Las redes sociales son un magnífico medio de dar a conocer interesantes historias, y entre las que en los últimos meses han alcanzado un mayor grado de difusión en la comunidad runner mundial, se encuentra sin lugar a dudas la del “Chicles”.

Este perro mestizo de una edad aproximada de 8 años ha cautivado el corazón de muchos corredores al ver sus videos participando en diferentes competencias de running en la ciudad de Tijuana (Baja California), logrando estar en la mayoría de las ocasiones junto a los corredores punteros.

La historia de “Chicles” comenzó siendo no muy diferente a la de muchos otros canes que sobreviven casi en el abandono en abarrotadas urbes, sufriendo un atropello con un carro que le dejó algunas secuelas en sus patas. Su suerte cambió cuando el corredor Héctor Hernández, conocido como “La Flecha”, lo rescató de las calles y lo adoptó, encontrando por fin una familia y cuidados.

Hernández en 2018 comenzó a llevar al “Chicles” a algunas de sus corridas de entrenamiento, y se percató de que el perro se mantenía concentrado en la ruta y cerca de él, acomodando la velocidad según esta variaba. Al tratarse de un perro de un tamaño medio con solo 15 kilos de peso, “Chicles” era capaz de cubrir corriendo con solvencia distancias de varios kilómetros, lo que convenció a Hernández de llevarlo a una competencia. “Chicles” causó sensación entre los demás participantes, ganándose el respeto y el cariño de todos los presentes. A esa primera carrera sucedieron otras, y sus participaciones quedaron grabadas en videos que con celeridad se compartieron viralmente por las redes.

Como dato curioso, y durante las competencias, “Chicles” en ocasiones se queda rezagado mientras bebe agua de algún charco, pero enseguida retoma el paso y acelera para alcanzar a los corredores que le preceden. Precisamente el nombre de “Chicles” se lo pusieron porque siempre trataba de “pegarse” a otras personas, algo característico de la goma de mascar.

Hernández solo deja que “Chicles” participe en carreras cortas de alrededor de 5 kilómetros, y entre sus cuidados, además de las visitas regulares al veterinario, le proporciona una alimentación balanceada con croquetas de pollo, salmón y otros nutrientes.

En la mayoría de las competencias “Chicles” ya corre con su propio número, y a la llegada, adicional al cariño del resto de participantes, recibe como uno más su correspondiente medalla, siendo el más claro ejemplo y representante de una modalidad que se conoce como “Perrunning”.

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