La fatiga del corredor, enemigo a vencer

Entre las causas, el sobreentrenamiento es una de las principales

Por fatiga del corredor se entiende un estado que afecta a su rendimiento y le impide seguir desarrollando un nivel de esfuerzo óptimo.


Por Fernando RevueltaMaratonista

Team SAUCONY Panamá@fer_panama

La mayoría de las personas que incorporan la costumbre de correr a su rutina diaria pasan por diferentes fases relacionadas con la mejora de su condición física. Al comienzo suele haber una primera etapa de iniciación en la que prima el sacrificio, y aunque existe una pequeña mejora, la misma se logra con mucho esfuerzo. Porcentualmente se calcula que un 80 % de las personas que comienzan a ejercitarse trotando y corriendo, abandonan la actividad en los primeros 30 días.

Posterior a este comienzo, y si se mantiene la constancia en los entrenamientos, el corredor va adquiriendo con el paso de las semanas y meses diferentes tipos de habilidades relacionadas con aspectos técnicos, rutinas de ejercicio, vestimenta y material, alimentación e hidratación, y otros similares. En esta segunda fase la mejora del corredor es muy evidente, pudiendo completar cada vez mayores distancias y a ritmos más rápidos.

Este progreso constante retroalimenta el espíritu y afán del corredor, haciendo en muchos casos que convierta su afición inicial, en una de las actividades básicas en que termina por fundamentar y estructurar el resto de su vida. Es en esta tercera etapa cuando el corredor se acerca a sus límites naturales, ya que la mejora cada vez es menor y conlleva mayores sacrificios, tanto familiares como personales; también surgen lesiones y enfermedades que no solo frenan el progreso, sino que en ocasiones incluso producen una vuelta atrás, y la motivación y la fuerza de voluntad que acompañaron al corredor en todo el proceso, con frecuencia comienzan a desvanecerse.

Los tres pilares

Los planes de entrenamiento para corredores tienen como denominador común que se diseñan con base en ciclos, en los que de manera progresiva se van incrementando los esfuerzos en cuanto a duración y/o intensidad. Esta programación tiene como objetivo permitir al cuerpo realizar esos trabajos exigentes por unos días, intercalándolos con otros de bajada o recuperación, en los que el organismo pueda asimilar los entrenamientos realizados.

De este modo nos encontraríamos con tres pilares básicos que serían el propio entrenamiento, la necesaria asimilación del mismo y la posterior mejora. Al contrario de lo que se podría inicialmente pensar, entrenar más no significa que vamos a rendir mejor. El entrenamiento depende de muchos factores, personales, ambientales y sociales, y no se pueden generalizar planes que funcionen de modo homogéneo para todos los corredores. Como mucho, estos planes podrían servir a modo de referencia y como punto de partida, pero hay que individualizarlos dependiendo del caso concreto, darles seguimiento y supervisión de manera periódica por el entrenador, y por último, ajustarlos en caso de ser necesario conforme a la evaluación que el preparador haga al comparar los entrenamientos versus los resultados.

Cuerpo y mente

La fatiga del corredor se define como una condición que afecta a su rendimiento y que le impide mantener el nivel de esfuerzo, y se presenta en el corredor bajo una doble manifestación, afectando tanto al plano físico como al psicológico. Los que son corredores habituales, a buen seguro habrán experimentado días en los que realizar sus sesiones de entrenamiento o competir en un determinado evento, se convierte en una misión casi imposible.

Generalmente nuestro cuerpo y mente están alineados y nos proveen la fuerza y determinación necesaria para llevar a nuestro organismo a un alto nivel de esfuerzo físico, pero en ocasiones se produce una desconexión, y nos falla uno de estos parámetros. Cuando eso sucede, el elemento que se mantiene estable intenta cubrir la deficiencia del otro, buscando minimizar la bajada del rendimiento. La situación crítica se produce cuando la desconexión es total, y ni el físico ni la mente están en capacidad de soportar el esfuerzo requerido.

Múltiples síntomas

La fatiga deportiva se manifiesta por síntomas que en principio deberían ser fáciles de detectar para la persona, como por ejemplo dolores musculares y de las articulaciones, pérdida significativa de peso, aumento de resfriados y otros procesos virales por desequilibrios del sistema inmune, falta de apetito, ritmo cardíaco inusualmente elevado, alteraciones en el patrón del sueño, y disminución de la capacidad de concentración y motivación.

Principales causas

La fatiga puede originarse por muchos factores, bien de modo aislado o de manera conjunta, destacándose entre ellos el sobreentrenamiento, la falta de descanso y una deficiente alimentación.

Aunque cumplamos con un programa adecuado de entrenamiento, a la larga alcanzaremos un punto de condición física en el que nuestra curva de progreso irá disminuyendo hasta casi estancarse. En esta etapa el incremento en el número de sesiones o la calidad de los entrenamientos que hagamos ya no se verá reflejado de manera tan notoria a la hora de nuestras competencias, siendo cada vez más difícil mejorar nuestros resultados. Es en estos momentos cuando el corredor puede llegar a pensar que ha tocado techo, y que la única manera de seguir mejorando es incrementar aún más las sesiones y los volúmenes. Así es como con frecuencia la persona acaba entrando en el fenómeno del sobreentrenamiento, generando cada vez mayor fatiga a su organismo que es incapaz de soportar los esfuerzos a los que se le somete.

Con relación a la falta de descanso hay que puntualizar que no es lo mismo “pasar muchas horas en la cama que descansar”. El cuerpo del corredor necesita regenerarse, y eso lo logra principalmente durante las horas nocturnas, pero también durante el resto del día. De igual modo tampoco es lo mismo “comer mucho, que comer bien”, por lo que la persona que realiza ejercicio físico intenso debe someterse a un control regular a cargo de un nutricionista que le asegure que está ingiriendo los niveles de energía necesarios así como los minerales, vitaminas, y demás componentes esenciales para el correcto desempeño y funcionamiento de su organismo.

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