Mi Primera Maratón: Miguel Rodríguez
Maratón de Medellín 2018 (Colombia)
Por Miguel Rodríguez – @_miguelr
Cuando inicia el año, entre las primeras cosas que hacemos los que nos gusta correr, es ver el calendario de eventos, ya que allí uno revisa cuánto tiempo tiene para armar su plan, planificar presupuesto y demás, por lo menos así hago yo, y estoy seguro que muchos más también. Justo viendo la planificación del 2018, el año en que cumplía 40 años, vi que precisamente el día de mi cumpleaños se iba a celebrar la Maratón de Medellín, Colombia, un sitio cercano, económico y con buen clima para correr. Todo se prestaba para ser el lugar donde poder realizar mi primera maratón, de la cual ya tenía claro algunas cosas, como que no sería en Panamá, que mi plan sería correrla en 4 horas o menos, y que no deseaba tener que detenerme o caminar en ningún momento de la prueba. Los tres objetivos los conseguí, y ahora paso a contarles cómo fue que lo logré.
Preparación
Tenía más de 20 semanas para prepararme como debe ser. Una vez un coach me dijo “sufre entrenando y disfruta el día de la carrera”. Bajo esa premisa armé mi plan, porque sí… entreno solo, yo contra el mundo; esto como todo en la vida tiene sus ventajas y desventajas… yo me enfoqué en todas las ventajas que me podía ofrecer y googleando me encontré un buen plan de 16 semanas con objetivo de 4 horas. Ya para ese entonces tenía una buena base física, por lo que no veía irreal alcanzar ese objetivo. Seguí el plan a más del 80 %, y eso es mucho que decir para mí, ya que no soy tan disciplinado como algunos pensarían; los fondos de más de dos horas me salieron bien, y nunca antes me había sentido tan preparado físicamente, cero lesiones… todo marchaba bien para llegar al gran evento.
El viaje y una leve incidencia
El clima de Medellín es muy agradable para los que somos de Panamá, por lo que me fui varios días antes para ir conociendo lo que me encontraría el día de la carrera. Todo bien, llegada, estadía, cero queja.
Todo salvo un cuento largo pero que intentaré resumir: El jueves que llegué me fui a ver un partido de fútbol de la liga profesional, excelente ambiente futbolero, pero al salir y de camino al hotel que quedaba a menos de un kilómetro, me intentaron robar… me escapé corriendo (para algo sirvió tanto entrenamiento) 😅, pero uno de los ladrones me tiró algo que nunca supe que fue que me impactó en la pantorrilla izquierda; yo sentí algo así como una bola de billar, pero entre la adrenalina del momento, no pensé en detalles. Personas que salían del partido me ayudaron y logré escapar,… llegué al hotel y el dolor en la pierna era tan fuerte que mi única preocupación era “¡Qué cagada! ¿El domingo esto me afectará?”. Para suerte mía, esto no pasó, y pude turistear y descansar el viernes y sábado. El día de la carrera tampoco fue una molestia, pero ese capítulo del intento de robo quedó para la anécdota y jamás lo olvidaré.
El sábado antes de la carrera pude asistir a la cena de pastas organizada por Colombian Runners, un grupo de corredores que contacté por redes sociales, nuevos amigos que aún mantenemos contacto. De esto se trata mediante la afición al deporte, de conectar con gente que también te inspire.
La carrera
Cerca de las 5:15 a.m. estaba lloviznando y el clima estaba a unos 14 grados, que para mí esa temperatura en cualquier otro momento es bien fría, pero ese día la emoción y los nervios del momento, hicieron que el clima lo sintiera a mi favor agradablemente.
Me ubiqué cerca del pacer de las 4 horas, que para mi mayor confianza psicológica era un maratonista pro que sigo en Instagram y que sabía que seguirlo en la carrera iba a ser “como estar entre amigos” (aunque ni nos conocíamos) y así fue; Sergio (el pacer), supo llevar el ritmo de carrera durante los 42 kilómetros y nos ayudó al menos a seis u ocho corredores que fuimos constantes en su paso para que pudiésemos llegar antes de las 4 horas a la meta.
A las 6 a.m. dieron la salida, y al iniciar con frío, es muy fácil empezar más rápido de lo debido; si no logras entender esto, más adelante el cuerpo definitivamente te pasará factura, por lo que yo arranqué suave y fui tomando agua cada dos kilómetros, ya que aunque no tuviera sed, era mejor hacerlo y seguir el plan.
En estas carreras nunca vas solo y eso es una gran ventaja, pero llega un momento de la prueba en el que los que solo corren la media maratón hacen el retorno, y eso mentalmente te afecta, porque empiezas a ver gente de vuelta pero tú sabes que te falta más de la mitad. Al llegar entre los kilómetros 25 al 32, toca empezar a ver a los que regresan de 42 kilómetros, los elites,… gente que va casi flotando, y uno comete el error de creer que ya está cerca del retorno, ¡Falso! Toca correr un poco más… y más.
Cuando al fin llegué al retorno, unos metros más adelante encontré una estación de comida donde tenían jugos, bananos y geles, y allí tomé la decisión que me salió bien -pero que todos sabemos que no debemos hacer el día de la carrera- “No tomes un gel que no hayas probado antes”. A mí me resultó bien, quizás porque soy de estómago que puedo comer piedras y no pasa nada; el gel de marca local colombiana sabor a maracuyá, me ayudó a ganar algo de energía para llegar a la meta sin desfallecer.
Otro punto memorable de esta carrera que debo destacar son los últimos 5 kilómetros, porque es donde más se aglomera la gente a animar; eso a los que venimos reventados nos ayuda muchísimo,… cuando escuchas expresiones como “falta poco”, “vamos, vamos”, “tú puedes” y similares, entra una fuerza que no te la da ni el mejor de los geles, es una energía que va directa al corazón.
Y listo, allí estaba la meta,… llegué con el grupo de cinco o seis que seguimos con el pacer Sergio; a Sergio el reloj le marcó exactamente 4 horas, yo como salí después y fue como al kilómetro 15 que los alcancé, terminé marcando 3:57, objetivo cumplido para mi primera maratón, más que contento, y al llegar nos dimos un fuerte abrazo.
Últimas reflexiones
Para uno que asiste a eventos de carreras en Panamá que máximo tienen un promedio de 400 personas y que al iniciar corres en solitario o con dos o tres a tu lado, estar en una carrera de más de 17,000 personas es sorprendente y maravilloso; lo importante es hacer que esto sea una ventaja, ya que fácilmente puede intimidar, emocionarte y no escuchar a tu cuerpo, y en ese caso te pasará factura más adelante.
La bendita humedad de toda la vida en Panamá es algo a lo que no termino de acostumbrarme, pero resulta que entrenar con este clima hostil, es lo mejor para cuando luego vas a otra ciudad con ambiente más agradable, así que cuando entrenes, “ama la humedad” jajaja.
Y ya para terminar, cierro con la reflexión que me llena y puede sonar muy cliché de esas de psicología pop barata de post de Instagram, pero para mí es así: “Correr más de 2 horas puede sonar una locura, pero es la locura que me da la armonía entre mi mente, la respiración y todo mi cuerpo, es allí cuando ves transcurrir la vida, sus dolores, alegrías, recuerdos, anhelos, y solo por esos instantes en ese lapso de tiempo es que corro maratones”.
Excelente tiempo !!! Que chevere revivir lonq se preparo con tanta ilusión.
Excelente experiencia Miguel! Tremenda narrativa. Felicidades!