5 Beneficios de correr en solitario y en grupo
Alternar ambas modalidades de entrenamiento produce resultados más satisfactorios
La mayoría de los corredores alternan en sus semanas de entrenamiento tanto sesiones en las que salen a practicar solos como rutinas en compañía.
Por Fernando Revuelta – Maratonista
Team BROOKS Panamá – @fer_panama
El reconocido escritor británico Alan Sillitoe alcanzó uno de sus mayores éxitos con su libro “La soledad del corredor de fondo”, en el cual incluyó un relato corto del mismo nombre en el que narra las vivencias de un joven sin futuro que tras un robo fallido acaba siendo ingresado en un reformatorio. Durante su estancia en el centro, el joven se ve obligado a comenzar a correr por orden de sus custodios, pero enseguida se percata de que la actividad le otorga un espacio de libertad dentro de un mundo de muros y rejas. La novela tiene un famoso pasaje en el que el protagonista, durante una competencia, queda aislado en medio del bosque, percatándose de la sensación de paz que invade al corredor de fondo cuando practica en solitario. En esos momentos de introspección personal, el personaje termina aceptando que esa sensación es verdaderamente lo único honrado y genuino que ha conocido en toda su vida.
Este relato ha inspirado a muchos corredores y generalizado durante años la figura del atleta de larga distancia como la de una persona introvertida y muy sacrificada, poco dado a socializar y compartir con otros sus anhelos y pensamientos más íntimos. Pero en realidad, ¿es esto cierto?
En este artículo analizaremos los 5 principales beneficios que se esgrimen tanto por los partidarios de correr en solitario, como de aquellos que prefieren hacerlo en grupo, y nos aproximaremos estadísticamente a cuáles son las preferencias actuales de los corredores panameños a la hora de entrenar.
Entrenamiento en solitario
Siguiendo esta línea de pensamiento no habría nada mejor que correr en solitario, reservando esos momentos del día para uno mismo sin que nadie interfiera, mientras se aprovecha el ejercicio para poner en orden las ideas o escuchar música de manera relajada. Así la actividad de correr supondría un excelente modo de bajar el estrés causado por el acelerado ritmo de vida al que nos vemos sometidos.
Adicional a este componente psicológico, entrenar de manera individual tendría estos 5 principales beneficios:
1- Permite correr sin compromisos y no depender ni tener que esperar a nadie, haciendo el recorrido, distancia y rutina que a uno le apetece en cada momento.
2- De manera individual y sin ayuda, la persona desarrolla más esfuerzo y sacrificio, valores que luego podrá aplicar no solo al deporte, sino a otros aspectos de su vida.
3- Posibilita que el corredor pueda ir a su propio ritmo en todo momento, sin tener que forzar a ritmos más rápidos de los que debe, o por el contrario, tener que ralentizarse para ir al de compañeros más lentos que puedan atrasar su progresión.
4- El running no se trata de un deporte de equipo, y como se compite de manera individual se debe entrenar de igual manera, ya que durante la competencia, aunque rodeados de gente, estaremos realmente solos.
5- Al entrenar en solitario el corredor estará más en sintonía con el medio físico que le rodea y será más receptivo a las señales que le manda su propio cuerpo.
Entrenamiento en grupo
Algunos corredores no soportan correr solos y necesitan de compañeros que los motiven y acompañen en sus rutinas. Afirman que vivimos en sociedad, y que al realizar el ejercicio físico junto a otras personas, el mismo será más placentero.
Corriendo en grupo se obtendrían estos 5 principales beneficios:
1- La motivación para levantarse temprano o llegar a un entrenamiento será mayor al tener un compromiso previo y saber que se encontrará a compañeros en similar situación.
2- Correr con otros compañeros será mucho más ameno y divertido que hacerlo solo, y los entrenamientos sobre todo si son de fondo, se harán más cortos y llevaderos.
3- Durante los entrenamientos grupales se puede conocer a otros corredores y tener valiosos intercambios de conocimientos y experiencias sobre temas de entrenamiento, técnica, material deportivo, nutrición o salud.
4- Tener compañeros con los que medirse puede contribuir a mejorar el desempeño del grupo de manera progresiva, ya que entre los mismos miembros se harán de liebres y se tomarán referencias de tiempos.
5- Correr acompañado será más seguro de cara a no sufrir algún tipo de ataque por parte de personas o animales, especialmente si se corre en horas nocturnas y en ciertas áreas rojas, y en caso de suceder, se recibirá auxilio y ayuda de manera más expedita.
Preferencias de los corredores
A través de nuestra sección semanal de entrevistas “En la Ruta” hemos preguntado a 60 corredores del patio (30 mujeres y 30 varones) sobre sus preferencias a la hora de entrenar. La cantidad de entrevistas no es un número tan significativo como para que pueda tener un valor científico, pero creemos que sí puede marcar una ligera tendencia.
Respecto de las mujeres, 11 eligieron la opción de correr en compañía, 10 eligieron la de entrenar solas y 9 optaron por la respuesta de ambas modalidades. En cuanto a los varones, 15 contestaron que preferían correr acompañados, 9 optaron por ambas modalidades y 6 eligieron la opción de correr en solitario.
Analizando esta data, los resultados apuntarían a que las mujeres prefieren correr en solitario en mayor proporción que los varones, mientras que los varones sobre todo prefieren correr en grupo. Sumando ambos géneros, la opción ganadora fue la de correr en compañía con 26 votos (43 %), seguida de la de ambas modalidades con 18 votos (30 %) y finalmente la de correr en solitario con 16 votos (27 %).
Se puede sacar en conclusión que tanto correr en solitario como hacerlo acompañado tiene sus ventajas e inconvenientes, y la elección del modo de hacerlo es muy personal, dependiendo del momento concreto y del estado de ánimo de la persona. Tener un balance entre ambas modalidades es lo ideal, sin limitarse a la “soledad del corredor de fondo”, ni tampoco caer de manera obligada en la necesidad de tener que correr con alguien porque de otro modo no se tendrá la voluntad ni la capacidad de hacerlo.
Por ello, lo habitual es que la mayoría de los corredores alternen durante sus semanas de entrenamiento tanto sesiones en las que salen a practicar en solitario, como rutinas en compañía.