Editorial: «El mindset lo es todo»
Mi primer año de corredora fue un año de descubrimiento. Estaba ávida de información sobre el running, quería leerlo todo, entenderlo todo, y es cierto que también escuchaba a todo el que tenía un mínimo de experiencia más que yo. Cuando uno empieza a correr, presta oídos a todos y la mente se deja llevar.
En el running existen varios grupos que corren por diferentes razones, todas respetables: unos por salud, otros por superación personal, otros por diversión, otros por relacionarse socialmente, incluso algunos por dinero. Entonces es triste ver que unos menosprecien las razones de otros. Hay corredores a los que no les interesa ser los más rápidos, pero tampoco les interesa ser los más lentos; es decir, pertenecemos a esa gran marejada llamada “promedio”. Y muchas veces surgen comentarios del tipo: “¿para qué olimpiada vas?”, “¿para qué miras el reloj?” etc, ridiculizando al promedio, que también se esfuerza. Se entiende que no hay mala intención en algunos comentarios, pero ahí están. Y a veces, o más bien, muchas veces, debido a estas actitudes hay corredores que acaban por dejar este deporte.
En ocasiones estas situaciones surgen dentro de los mismos equipos/grupos. Correr en grupo es un tema complejo, pues se entiende que todos tienen los mismos objetivos, quieren ir a las mismas carreras, correr las mismas distancias… y no señores, no siempre es así. Y muchas veces, y lo digo por experiencia propia, te sientes forzado a hacerlo para agradar, para pertenecer. Y al final, se genera frustración.
«Es buenísimo sentir que tus compañeros te motivan, pero nunca hasta el punto de sentirte mal por no hacer un tiempo o no correr una distancia»
Cosas parecidas ocurren cuando vamos a las carreras. ¡Qué importante es para muchos llegar al podio! Pero no captan que el ganar o no un podio, muchas veces es condicionado al rendimiento de otros. No depende de ti, pues aunque hagas un tiempazo, siempre puede haber alguien que haya tenido un mejor día que tú. ¿Eso te hace menos? No, el tiempazo seguirá siendo tiempazo, pero será injustamente comparado con otros. He visto casos en el ranking de categorías donde dos personas con el mismo tiempo en una carrera, pero de diferentes categorías, han quedado una de 3ra y la otra de decimotercera, ¡mismo tiempo!, ¿esto hace de menos a la decimotercera? No. Pero para quien lo ve desde fuera, una es podio y la otra no. Por ello es tan importante el competir con uno mismo, mejorar cada día un poquito, y si no se puede, servirá para continuar con más fuerza.
Aconsejo a los que empiezan en este deporte que no escuchen a nadie, solo a su corazón. Y si entran a un grupo, asegúrense de que tengan los mismos objetivos y valores, que sea con la confianza plena de que respetarán sus razones para correr. Es buenísimo sentir que tus compañeros te motivan, pero nunca hasta el punto de sentirte mal por no hacer un tiempo o no correr una distancia.
Qué distinto es todo cuando la mente fluye positiva y vamos sin presión del qué dirán en mi equipo, o qué dirá el coach. Lo maravilloso de competir contra uno mismo es que siempre tienes la oportunidad de superarte y crear tu mejor versión… ¡en esa competencia siempre ganarás tú! Mis mejores tiempos de carrera han sucedido cuando dejo de mirar a los demás corredores y me concentro en mí. La mente, el mindset, lo es todo.