Cerveza y Running: el consumo moderado en corredores
Efectos de la cerveza en corredores: ¿Beneficiosa o perjudicial?
Considerada como la tercera de las bebidas más populares del mundo, por detrás del agua y el té, la espumosa cerveza sigue generando debate en cuanto a los efectos beneficiosos o nocivos que su consumo habitual produce en los deportistas, y más específicamente en los corredores.
Por Fernando Revuelta – Maratonista
Team BROOKS Panamá – @fer_panama
La cerveza es una bebida que se origina de la fermentación de una mezcla de agua, cereales, levadura y lúpulo, la cual adquiere un contenido generalmente bajo de alcohol en un porcentaje aproximado del 5 %, muy lejos de los licores de alta graduación como el tequila, ron o vodka que pueden llegar a superar el 40 %. La composición de la cerveza incluye carbohidratos, así como aminoácidos, antioxidantes, vitaminas y minerales, destacándose entre estos últimos sodio, potasio, fósforo, calcio y magnesio. La cerveza se metaboliza de manera lenta, por lo que la glucosa no interrumpe en el flujo sanguíneo de manera abrupta, evitándose así la aparición de hipoglucemia. Por su parte, las cervezas denominadas light contienen una graduación alcohólica menor que oscila desde un 2.5 a un 3.5 % de su volumen.
¿Beneficiosa o perjudicial?
Sobre este particular habría que diferenciar tres periodos específicos: su ingesta antes de realizar ejercicio; su ingesta durante el ejercicio, y su ingesta de modo posterior al ejercicio.
Respecto del consumo moderado de cerveza en deportistas, y como sucede con la mayoría de los temas, existen multitud de estudios e investigaciones a nivel internacional cuyas conclusiones no son coincidentes. Una parte de los investigadores consideran que el consumo es contraproducente a largo plazo para el desempeño del atleta, afectando negativamente a su progreso físico. Argumentan en apoyo de su tesis el hecho de que aunque existen casos de deportistas y corredores consumidores habituales de alcohol que ofrecen un alto rendimiento, lo anterior no contradice la premisa de que si no bebieran podrían tener todavía un mejor desempeño. Se equiparan estos casos a los de deportistas que son fumadores habituales y aun así se destacan en sus disciplinas. Según este sector de opinión, beber cerveza no tendría efectos positivos antes de la realización de ejercicio físico, puesto que su consumo afectaría negativamente al sistema nervioso y a la concentración. Adicional, y por sus efectos diuréticos, la cerveza favorecería la deshidratación y la posible pérdida de minerales esenciales para el correcto desempeño de las funciones musculares.
En el lado opuesto, existen firmes defensores de que un consumo moderado de alcohol, sobre todo si es acompañado de alimento, puede llegar a ser beneficioso para las personas en general y los deportistas en particular, siempre y cuando no haya alguna condición de salud que lo desaconseje. En este sentido, la cerveza podría favorecer la hidratación y conseguir que esta sea más rápida y efectiva de manera que el deportista tenga menos dolores musculares.
Con referencia a la toma de alcohol durante el propio ejercicio, sí existe mayor consenso en que no es recomendable, sobre todo si se trata de sesiones de alta intensidad y competencias. La hidratación debería provenir, por lo tanto, de la ingesta regular de agua y bebidas deportivas isotónicas de una manera balanceada.
Por último, y sobre la conveniencia o no de beber cerveza de modo posterior al ejercicio, en cuanto a sus efectos recuperadores, los defensores de la cerveza afirman que ayuda a regenerar el metabolismo de los corredores principalmente por los antioxidantes que contiene, adicional a que es rica en nutrientes y tendría los mismos efectos hidratantes que el agua. Por eso tomar una o dos cervezas sería recomendable, o cuando menos, no produciría efectos nocivos. Otros expertos en cambio señalan que la cerveza no puede considerarse como un sustitutivo de las bebidas deportivas, ya que no repone en la cantidad necesaria los minerales ni la energía consumida durante el ejercicio.
Dejando aparte las explicaciones y justificaciones fisiológicas, no se puede negar que muchos corredores gustan de tomar unas cervezas después de entrenamientos y competiciones con un alto grado de exigencia, ya que su sabor y gasificación ayudan a que sea una bebida más apetecible cuando hay sed que otras insípidas y sin gas. La socialización que se puede conseguir también después de un entrenamiento o competición mientras se toman unas cervezas de modo informal junto a otros compañeros, es algo que difícilmente se puede lograr con otro tipo de bebidas.
Al final, como todo en esta vida, la moderación es la clave, así que si estás entre aquellos corredores que les gusta la “rubia espumosa”, ¡Salud!
Cerveza sin alcohol
Frente a la cerveza tradicional existe una alternativa denominada “sin alcohol” que va ganando de manera paulatina un mayor segmento de mercado. Esta variedad es demandada tanto por personas que no pueden tomar alcohol debido a problemas de salud o estar medicándose, como por aquellas que prefieren ocasionalmente no ingerir alcohol por tener que realizar algún tipo de actividad no plenamente compatible con su consumo. Dentro de la categoría de cerveza “sin alcohol” se consideran aquellas cuya graduación alcohólica es menor de un 1 % del volumen total. Por lo tanto no es que no tengan absolutamente nada de alcohol, sino que contienen un porcentaje muy bajo del mismo. Al contener un menor grado de alcohol, la cerveza “sin alcohol” también tiene una menor cantidad de calorías que una cerveza regular, aproximadamente solo un tercio.
Cervecería La Murga
La venezolana Eilyng Ayestarán se estableció en Panamá hace algo más de cuatro años y en nuestro país encontró la motivación y las condiciones favorables para desarrollar dos de sus grandes pasiones: la práctica del running y la fabricación de cerveza. Así entre zancadas y competencias, Eilyng se involucró con familiares y amigos en la Cervecería La Murga, un ambicioso proyecto que arrancó en el año 2017 con el objetivo de fabricar cerveza artesanal de calidad a nivel local. Aprovechando la oportunidad, quisimos conocer de Eilyng su punto de vista sobre el binomio running – cerveza.
-Eilyng, según tu experiencia, ¿cuáles son los aspectos de la cerveza que la hacen destacar respecto de otras bebidas alcohólicas?
-La cerveza, sobre todo la artesanal, tiene un alto contenido de antioxidantes como taninos, fenoles, algunas vitaminas, complejo B, zinc, calcio, magnesio, sodio, unido a que el CO2 presente en la misma hace que la absorción sea más rápida. Las bebidas fermentadas constituyen mezclas complejas derivadas de materias primas con una notable riqueza de componentes que pueden tener relevancia para la salud humana. Investigaciones científicas han demostrado que el consumo moderado de estas bebidas y de otros alimentos fermentados por adultos sanos podría tener efectos en la prevención de algunas enfermedades como las cardiovasculares o las relacionadas con la obesidad. De ahí la importancia de investigar sobre los efectos de cada componente, así como sobre el impacto del consumo moderado de bebidas fermentadas como parte de una dieta saludable de la población.
-¿Recomendarías el consumo responsable de cerveza para un corredor habitual?
–Matt Fitzgerald’s en su libro The New Rules of Marathon and Half Marathon Nutrition, alienta a los corredores a incluir una o dos copas de vino o cerveza al día. Así mismo, estudios de la Universidad Complutense de Madrid concluyen que más allá de las cualidades sensoriales de los polifenoles incluidos en la cerveza, el vino o la sidra son potentes antioxidantes que pueden complementar la función de vitaminas y otras enzimas que actúan como defensa natural ante el estrés oxidativo, desencadenante de distintos procesos degenerativos. Otros estudios científicos concluyen que los consumidores moderados de cerveza tienen hábitos alimentarios más saludables que los no consumidores y llegan a tener mejores niveles de vitamina E, B2 y otros antioxidantes, así como cifras más altas de HDL-colesterol, el denominado colesterol “bueno”. La mayoría de los estudios concluyen que hay evidentes beneficios sobre este tipo de bebidas fermentadas, pero todos tienen un denominador común: el consumo debe ser moderado, esto es, una o dos copas de cerveza al día para mujeres y máximo tres para hombres, sin carácter acumulativo.
Con posterioridad a este artículo se han popularizado en el mercado las cervezas 0,0.
La graduación alcohólica de la cerveza 0,0 no puede ser superior a 0,04 %. Si superara esta cantidad pero fuera menor al 1 %, pasaría a ser una cerveza sin alcohol.