“Pole of Cold Oymyakon”: corriendo a 55 grados bajo cero
La prueba se desarrolló por pistas y caminos con nieve y hielo.
Por Fernando Revuelta – Maratonista
El pueblo ruso de Oimiakón, situado al este de la Siberia Oriental, en la República de Sajá (Yakutia), está considerado como el lugar habitado permanentemente con las temperaturas más frías del mundo. Sus residentes, -que no llegan a las 1,000 personas-, se dedican en su mayoría a actividades ganaderas y de caza para subsistir, ya que el terreno permanece durante todo el año congelado formando permafrost.
Incluso en este clima extremo y con estas duras condiciones, el running se hizo presente el viernes pasado en la “Pole of Cold Oymyakon”, un evento que tiene ya varias ediciones y que reúne a corredores locales y de otros puntos de Rusia, pero también a algunos foráneos que acuden a esta peculiar carrera para poner a prueba sus límites.
Si correr un maratón en “condiciones normales” ya de por sí supone un reto para la mayoría de personas, hacerlo en un clima tan extremo y sobre una superficie nevada desafía la resistencia de cualquier corredor. La temperatura media en Oimiakón para el mes de enero es de – 50 °C, aunque la más baja registrada durante el siglo pasado llegó a -71 °C.
En esta última edición fueron 38 los “valientes” que se alistaron para competir en alguna de las diferentes distancias (incluyendo maratón y media maratón), siendo 14 participantes los que afrontaron los 42 kilómetros.
A pesar de estar a punto de perderse en la ruta durante varias ocasiones, Konstantin Dragunov, un estudiante ruso de 24 años, logró cruzar la meta en primera posición con un excelente registro de 3 horas y 7 minutos, resistiendo temperaturas durante la prueba de -55 °C. Dragunov logró así mejorar el registro del ruso Vasily Lukin que ganó la edición del año pasado con 3 horas y 22 minutos.