Corriendo en tiempos de COVID: Mongolia
Mateo Sanchis
“Corriendo en tiempos de COVID” es una serie de entrevistas que estamos haciendo a corredores en diferentes países del mundo, para conocer de primera mano cómo les ha afectado en su vida y entrenamientos la actual pandemia. En esta oportunidad viajamos virtualmente hasta Mongolia para conversar con Mateo Sanchis.
Natural de Alberic (Valencia), Mateo comenzó su afición por el atletismo desde muy temprana edad, especializándose en las pruebas de 400 metros y 400 metros vallas en pista. A medida que fue sumando años, cada vez le atrajeron más los desafíos y la larga distancia, y hoy en día el ultra trail running y el bike touring son sus especialidades preferidas, habiendo completado 50 y 80 kilómetros en El Valle (Panamá) y 100 millas en la Chicamocha Canyon Race (Colombia) en 2018. Tras una estancia de cuatro años y medio en Panamá, Mateo se trasladó a Mongolia, donde ejerce en la actualidad como profesor de Educación Física y Salud de secundaria en la International School of Ulaanbaatar.
-¿Cómo está siendo la incidencia del COVID-19 en Mongolia, han estado en cuarentena?
-Aquí se tomaron medidas muy temprano. El gobierno decretó el cierre de escuelas desde finales de enero, llevamos 20 semanas de enseñanza online, es probable que tengamos el récord mundial. Pero la vida cotidiana no cambió mucho. Es cierto que todos los grandes eventos, y negocios como cines y parques infantiles indoor llevan cerrados desde entonces ―lo cual es relevante si tienes en cuenta que en invierno en Ulaanbaatar la temperatura puede llegar a -40 °C―, y algunos restaurantes no aceptan niños, pero por lo demás, bastante normalidad, pues no hemos tenido casos de contagio local hasta la fecha. Todos los casos que hay son nacionales que han sido repatriados y puestos en cuarentena inmediatamente.
-¿Se podía salir a correr?
-Sí, siempre se ha podido salir a correr. A veces han cerrado parques o ciertas colinas, pero fue para evitar masificaciones en eventos religiosos de fechas específicas (como Tsagaan Sar, el año nuevo lunar), pero por lo demás todo normal. Y si prefieres la montaña y conoces los senderos, es fácil correr sin encontrar apenas gente. Aquí desde hace unos años el senderismo se incrementó exponencialmente, pero los que corremos en la montaña aún somos bichos raros.
-¿Cómo ha afectado a tus entrenamientos y a las competencias que tenías previsto hacer en Mongolia o en el exterior?
-Debido a la temperatura y polución, en invierno en Ulaanbaatar es fácil estar “en cuarentena” natural. Pero por el COVID es cierto que he entrenado en escaleras y cinta más que otros años. Intenté convertirlo en una oportunidad: compré una cinta de ritmo cardíaco para el pecho para monitorear mejor los entrenamientos de ritmo. Todos los eventos han sido cancelados: una media en trillo organizada por el club iRun Mongolia, una carrera ciclista de 240 kilómetros que circunvala la ciudad, un evento de 24 horas, obviamente la Maratón Internacional… pero en algunos casos se han celebrado a pequeña escala y de manera no oficial.
«Mi filosofía: si quieres buscas la manera, si no quieres buscas la excusa»
Mateo Sanchis
-¿Usas mascarilla?
-Aquí estamos acostumbrados a usarla por la polución, así que por la calle todo el mundo la lleva, y en los negocios es obligatorio. Las pocas veces que corro por lugares transitados uso un buff en el cuello, el cual me levanto cuando paso cerca de alguien, por respeto. Cuando corro en montaña no la uso, pero la tengo en el bolsillo para usarla al volver a la ciudad. Un par de veces me han llamado la atención, en ambas ocasiones gente mayor y probablemente por ser extranjero, pero han sido casos aislados. Por lo general aquí la gente es muy pacífica y nada conflictiva.
-¿Estás participando en eventos virtuales?
-Normalmente compito poco, me centro en una o dos carreras largas al año. Irónicamente creo que he competido, de manera virtual, mucho más debido a esta situación. A pesar de que muchas se pueden completar por etapas, yo trato de correrlas de la manera más real posible (de una sola tirada y cubriendo la altimetría). Así completé la Maratón de Zegama, las 100 millas de Chicamocha Canyon Race #Reactivados2020 y ahora voy por los 100 km de la UTMB, todas representando a mi equipo Cutarra Runners. Todo eso adicional a mis propios “retos” personales, que usualmente me marco en invierno para mantener la motivación. Ahora estoy viendo cuántos días seguidos puedo recorrer 5 kilómetros o más al día (el invierno pasado llegué a 100 días y terminé con un PB para el 5 km). También hice una “Everest Week”, consistente en cubrir la ganancia vertical del Everest en siete días.
-¿Crees que para la temporada que viene volverán en Mongolia las carreras a la calle o todavía la pandemia seguirá impidiendo los eventos masivos?
-Probablemente no. En línea con las medidas superpreventivas que han tomado aquí, se ha hablado de mantener esta “extraña normalidad” hasta que se comercialice una vacuna… pero, fiel a mi filosofía, “si quieres buscas la manera, si no quieres buscas la excusa”. Este verano, como no conviene viajar, aproveché para hacer turismo local y escalar el Khuiten, el pico más alto de Mongolia (este es otro de mis retos: escalar la montaña más alta de cada país en el que viva). Y no soy el único: he encontrado muchos guías turísticos mongoles aprovechando la poquísima demanda para viajar ellos mismos, cuando en situaciones normales estarían trabajando.
-Cualquier otra cosa que nos quieras comentar.
-Vivir en lugares distintos te hace ser consciente de que no se puede hablar de primer, segundo o tercer mundo, o que ciertas culturas son absolutamente mejores que otras. Todo es relativo y cada país tiene sus fortalezas y debilidades. Aquí en Mongolia, debido a las influencias culturales del confucianismo y políticas de su pasado soviético, hay una intensa conciencia de grupo, de cuidado mutuo, y esto ha sido muy positivo en esta situación. He visto de primera mano cómo la gente de mi país (España), reaccionaba inicialmente de manera muy inconsciente y egocéntrica respecto a las medidas para evitar la propagación del COVID; yo me sentía “mensajero del futuro” tratándoles de convencer… aunque afortunadamente poco a poco reaccionaron bien.
Desde Siempre Running agradecemos la amabilidad de Mateo y le deseamos en el futuro muchos éxitos tanto en su vida personal como deportiva.