Maratón de Medellín 2024, mi tercera maratón
En la prueba participaron más de 24,000 corredores
Este año abrieron el sábado por primera vez los 5 kilómetros, y el domingo los acostumbrados 10, 21 y 42 kilómetros.
Por Francia Olivo – @frviolla
Celebrando los 30 años de la Maratón de Medellín, me fui a participar de esta hermosa carrera llena del calor de la gente colombiana, siempre tan linda y amable. Aquí les dejo la verdadera historia de mi experiencia.
La verdad no salió como esperaba; comenzó el día domingo con un aguacero descomunal, en la línea de partida ya estábamos todos empapados, pesados y entumecidos del frío, ¡pero comenzamos con mucha adrenalina y ánimo a darle con todo!
Todo iba acorde al plan, una ruta muy linda, mucha gente animando, muchos carteles en la vía… todo bien hasta que empezó la subida del kilómetro 18 (era una loma interminable) que se sentía como falso plano, así que ya ahí tocó ajustar el pace.
Unos kilómetros más adelante me ganaron las ganas de hacer pipí 😅. Jamás había parado para ir al baño durante una carrera… Bueno, en la primera oportunidad que vi solucioné eso, pero cuando salí del baño me di cuenta que me había quedado detrás de los chicos de mi grupo,… ya ahí al sentirme “la última” me empezó a dominar la mente con los «no vas a poder», «te duele todo», «estás muy lenta», «te falta mucho».
Y con eso me dejé llevar hasta que empecé a caminar consternada; de la nada apareció mi coach en contravía y solo escuché que me gritó «Franciaaa un pie adelante y otro atrás, no pares». La verdad ese era el ánimo que necesitaba. Seguimos hasta coronar la loma y ahí me di cuenta que lo que venía era full en bajada,… este es mi momento de recuperar todo el tiempo perdido, no te duele nada, la lesión de la rodilla no ha aparecido, aprovecha tu ritmo, este es tu momento. Par de kilómetros después entendí que correr en bajada es más duro que correr en subidas, ufff… me sentía peor 😪 y ahora con ganas de llorar.
Seguimos la ruta, mucha gente linda, mucha gente animando, muchos carteles motivadores, una ruta bien señalizada, la hidratación perfecta, pero las sensaciones muy duras, me sentía muy cansada.
Justo al pasar el kilómetro 35 un señor me vio el nombre y la bandera en la camiseta y me dijo miles de cosas bonitas,… solo recuerdo el «dele princesa que para esto entrenó mija»; obviamente activó mis ganas de llorar y reventé en llanto, y solo me decía a mí misma: ¡no llores que te vas a deshidratar… seguimos!
Kilómetro 40: mi reloj marcaba 42, pero realmente faltaban 2 kilómetros para llegar a la meta… mi GPS estaba alterado, ¡no lo podía creer! Corría y corría y no llegaba, pero seguí, me sentía muy cansada, quería caminar, y a 500 metros de la meta, ahí estaba mi equipo, mi team P42 alentándome y esperándome, me dieron ese último empujón para cruzar.
En fin, la ruta demandante, la lluvia inesperada y el cansancio de los kilómetros me dominaron, pero luego de un rato entendí que realmente fue una experiencia increíble y que lo logré a pesar de la lesión y a pesar de las adversidades, y sin ningún dolor en absoluto.
Me siento feliz por eso, porque Dios y mis piernas me llevaron a cruzar la meta de mi tercera maratón.
Para esta carrera decidí usar las zapatillas Brooks Hyperion, fue mi mejor opción, las había utilizado en todos mis fondos largos y me habían ido genial, son destacadas para corredores que buscan velocidad y ligereza, y tienen un diseño enfocado en el rendimiento de los atletas, ¡Las amé!
Hoy puedo decir… ¡DE NUEVO SOY MARATONISTA!