Mi experiencia haciéndome una prueba de sudor o Sweat Test

La reposición adecuada de líquido y electrolitos es una forma fácil de impactar positivamente y de manera inmediata en el rendimiento.

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Días atrás participé en la prueba de sudor (o Sweat Test) que organiza la conocida nutricionista Andrea Rivas regularmente en Panamá Pacífico. En palabras de la propia Andrea, se trata de “una prueba de sudoración que mide las pérdidas de agua y electrolitos que tienen los atletas en una hora de entrenamiento y evalúa su estado de hidratación. El test consiste en realizar mediciones en muestras de orina, pesaje corporal, evaluación de la composición corporal y evaluación del volumen de hidratación, antes y después del ejercicio, para obtener resultados y elaborar un informe con los datos y recomendaciones para saber cuánto beber y qué electrolitos elegir según las pérdidas individuales”.

El día de la prueba nos citaron a las 6:00 a.m. con ciertas instrucciones enviadas previamente, como por ejemplo, asistir con la ropa de entrenamiento, hidratación y snacks habituales, llevar los brazos descubiertos, y no aplicarnos crema ni bloqueador en los brazos para evitar la contaminación del parche que luego nos pondrían.

Las mediciones se dividieron en tres etapas o estaciones. En la primera nos pesaron la botella (en mi caso, de agua) y hubo que especificar de qué líquido se trataba.

Luego me dieron un recipiente para ir al baño y tomar una muestra de orina. En las instrucciones nos especificaron que no lleváramos orina de la casa, y en ningún caso podía tratarse de la primera orina de la mañana.

Después de ello pasé al InBody descalza donde me pesaron e hicieron una primera medición de mi composición corporal.

Por último Andrea me colocó un parche en el brazo que recopilaría el sudor.

Luego de esto, salimos a correr (o pedalear según el deportista) durante una hora completa. En mi caso, salimos del Sports Park por toda la vía principal hacia el International Business Park, y después fuimos por la calle trasera paralela del aeropuerto hasta que mi reloj marcó 30 minutos. Para terminar hicimos el camino de regreso completando una hora. Fernando iba acompañándome todo el camino asegurándose de que nadie me atropellara 😃, pues sabe que soy muy despistada y más en un área donde no entreno habitualmente.

Al regresar al punto de partida, nos esperaban Andrea y sus colaboradoras de la prueba para nuevamente pasar por las estaciones. Lo primero fue pesar la botella que llevaba al inicio, para saber cuánto líquido había sobrado; hacía tanto calor al final que no me sobró ni una gota, de hecho, siento que me quedé corta con el agua que llevé. Luego me entregaron otro recipiente, esta vez más grande, para otra vez recopilar orina. Se nos pidió específicamente orinar todo lo que pudiéramos.

En este punto nos secamos todo el sudor y nos cambiamos a ropa seca, para luego pasar nuevamente por el InBody para tomarnos una segunda medición de peso y composición corporal. Y por último, nos retiraron el parche (que en mi caso ya se estaba cayendo) y se guardó en un recipiente hermético.

Unos días después recibí un informe personalizado con el resultado de la prueba. En él me brindaron valiosa información: índice de calor a las 6:30 a.m. (cabe señalar que para medirlo utilizaron un aparato llamado medidor de estrés térmico, cuya función es medir el calor que se siente cuando la humedad se combina con la temperatura, el movimiento del aire y el calor radiante); densidad de la orina (para medir en qué estado de hidratación llegué a la prueba); pérdida de líquido por hora de entrenamiento; porcentaje de deshidratación al finalizar la prueba, y por supuesto, las cantidades mínimas de líquido y sodio recomendadas por hora.

Esta información vino acompañada de un video explicativo que me ayudó a entender el informe paso a paso, así como de importantes recomendaciones de hidratación para poner en práctica antes, durante y después de mis entrenamientos. Adicional, Andrea te brinda la opción de consultarle cualquier duda, que por supuesto haré. Particularmente puedo contar que llegué hidratada a la prueba, pero no llevaba suficiente líquido (me incomoda llevar demasiada carga en las manos al correr); según el resultado obtenido, no bebí ni la mitad de lo que se recomienda a alguien como yo.

La prueba de sudoración es muy importante para cualquier corredor, y yo la recomiendo sobre todo si entrenan distancias largas. Esta información basada en ciencia es muy valiosa pues nos ayudará a ajustar nuestros protocolos de hidratación hacia un mejor rendimiento y bienestar al correr.