Percy Hodge, la elegancia sobre obstáculos

Aunque hace más de un siglo el concepto de técnica de carrera era casi desconocido, ya había atletas con un estilo depurado.

Por Fernando Revuelta – Maratonista

Percy Hodge fue un atleta británico nacido en 1890 en Guernsey (Islas del Canal), frente a la costa francesa de Normandía. Siendo aún joven, encontró un trabajo en tierra firme y optó por mudarse a la localidad inglesa de Weymouth. La primera guerra mundial interfirió en su carrera deportiva, y no fue sino hasta que cumplió los 28 años que consiguió su primera victoria en una competencia de la Asociación Atlética Amateur de Inglaterra (AAA).

De cara a los Juegos Olímpicos de 1920 en Amberes Hodge partía como uno de los favoritos, ya que estaba siendo el dominador de las carreras de dos millas de obstáculos en Inglaterra realizando grandes demostraciones. De hecho, en el campeonato de la AAA previo a la celebración de los Juegos Hodge perdió durante la segunda vuelta una de sus zapatillas, y aunque tuvo que pararse para recuperarla y quedó relegado, al final logró remontar y ganar con solvencia la prueba.

Los Juegos de Amberes fueron los primeros en los que se disputó oficialmente la prueba de 3,000 metros obstáculos, aunque a diferencia de la actualidad, se celebró sobre un terreno de grama. Conforme a las previsiones, Hodge ganó en la final con un magnífico tiempo para la época de 10:00.4, alzándose con la medalla de oro por más de 100 metros sobre el estadounidense Patrick Flynn.

Hodge llamaba la atención entre el resto de competidores por su elegante estilo al pasar los obstáculos, manteniendo la cadera uniforme y deslizándose por encima sin movimientos abruptos. Como prueba de ello, era frecuente que en reuniones deportivas Hodge se exhibiera superando los obstáculos llevando en su mano una bandeja de camarero, en la que una botella y un vaso permanecían firmes sin caer o derramar su contenido.