Maratón de Medellín 2022

Nueva marca personal en mi tercera maratón

Mi primera maratón internacional, un sueño hecho realidad.


Por Gilberto Guevara@gilguevara_

¡Vuela alto ✨ ve por tus sueños y cúmplelos todos!

Este es uno de los muchos mensajes que recibí cuando pisé por primera vez Colombia, y es que me encontraba al inicio de una superaventura al participar por vez primera en una maratón internacional que para mí tenía un significado más profundo, porque era la realización de un sueño que mantuve por años, al punto que llegué a pensar que nunca lo cumpliría. Por tal razón, no pude contener las lágrimas de emoción cuando leí estas palabras enviadas por mi prima Geraldine, sin lugar a dudas, daba en el clavo, porque precisamente me encontraba en ese instante en el Aeropuerto José María Córdova dispuesto a vivir uno de mis sueños.

Después de dar ese paso tan grande en mi vida como corredor recreativo y participar de la Maratón Internacional de Panamá 2018, -donde en los últimos kilómetros del recorrido estaba tan agotado que juré nunca más participar de otro evento como ese (para más detalles de esta carrera ver el enlace)-, al año siguiente sin embargo estaba listo para inscribirme de nuevo en la maratón; lamentablemente entró la pandemia, y no fue sino hasta el 2021 que decidí nuevamente saborear los 42.195 kilómetros de vida, logrando culminar en mejores condiciones que la primera vez.

Siempre me ha llamado mucho la atención ver a compatriotas compartir en sus redes sociales su participación en carreras internacionales, para mí, eso es fascinante. Recuerdo tomar tiempo para imaginar lo genial que sería participar de una competencia de nivel internacional, con decirles que el algoritmo de YouTube en mi celular tiende a resultados de “maratones en otros países”; muchas veces me visualizaba llegando a la meta con mi bandera de Panamá, escuchando aplausos y cumpliendo con el recorrido; la verdad que nunca me vi llegando de primer lugar, mis sueños tenían bastante de realidad.

A finales de 2021 empecé a investigar la Maratón de Medellín en Colombia, leí los comentarios de los participantes, e incluso preguntaba a otros corredores de sus experiencias en esta carrera, teniendo como resultado solo opiniones favorables y alentadoras. En diciembre de ese mismo año decidí comprar una inscripción para esta maratón, toda vez que existía la opción de correrla de manera virtual; por tal razón solicité ayuda a mi amigo Fer que me tramitó la compra, la cual tuvo un costo total de $36.06.

Sin embargo, comencé a atesorar en mi corazón la idea de participar presencialmente en la prueba, ya no solo quería imaginarla, ahora quería vivirla en vida real; con ese objetivo en mente, inicié una investigación exhaustiva sobre costos de avión, hospedaje, alimentación, es decir, todo lo apropiado para correr de acuerdo al clima, recorrido y demás.

Juntamente con estos preparativos iniciamos las 12 semanas de preparación física previas a la carrera. Para esto me coloqué en las manos del coach @manuelsalvadorquintero quien no dudó en compartirme de sus consejos e instrucciones para enfrentar este desafío.

Casi no sentí el tiempo pasar, no obstante, allí estaba yo, sentado un miércoles 31 de agosto a las 6:00 a.m. en la puerta 128 del Aeropuerto Internacional de Tocumen en Panamá viendo aproximarse una aeronave Boeing para llevarme a volar tan alto como mis sueños.

Al llegar a Colombia enrumbé mi destino al pueblo de Guatapé, en el cual permanecí dos días para realizar algunos entrenamientos antes de la carrera. Llegado el viernes participé de la feria de la maratón, cosa que solo había visto por internet, y debo confesar que me sentía como un niño en Navidad,… retiré mi dorsal, me tomé algunas fotos, luego mi kit, y me tomé algunas fotos más 😎. Por cierto, el kit lo consideré completo.

Cada estand me parecía muy interesante, los visité absolutamente todos para tomarme muchas más fotos, logré premios, y compré algunas cosas deportivas para utilizar en la carrera, como hidratación y geles.

Y llegó el día, 4 de septiembre. La competencia iniciaba a la 6:00 a.m., así que desperté desde las 3:00 a.m. para prepararme con tiempo, desayunar, y salir hacia la partida con mucha antelación evitando así el estrés. La madrugada estuvo muy lluviosa y fría.

Es importante decir que la organización de la competencia nos comunicó que en el área de la prueba habría lockers para guardar las pertenencias y eso fue de mucha ayuda, ya que me dirigí hacia el lugar de partida con ropa abrigada y la plena confianza de que la podría guardar antes de la salida; adicional, agregué ropa seca para cambiarme una vez finalizase la carrera.

A cada competidor la organización le asignó un corral de partida, -en mi caso fue el número 2-, y allí estaba yo rodeado de participantes desconocidos con diferentes acentos, tanto locales como internacionales; algunos mencionaban que sería su primera maratón, otros en cambio tenían ya mucha experiencia. Ese momento fue muy emotivo,… antes de la salida la emoción que se vive es única… ¡todos a la expectativa!

Tomé mi teléfono para revisarlo antes de partir y vi algunas historias y publicaciones de otros corredores, amigos y también de familiares que tenían mi fotografía con mensajes muy bonitos de motivación y aliento, publicaciones que me llenaron tanto de emoción y adrenalina, que cobré fuerzas para enfrentar esta gran prueba.

A mi memoria vinieron de golpe todas las madrugadas frías y las tardes soleadas en las que salí a entrenar soñando despierto con este día; todo eso llegó a mi cabeza y me hizo levantar mi rostro, pintarme de guerra, y salir a la batalla como un soldado dispuesto a dejar absolutamente todo por su bandera; en mi caso, levanté una oración al Señor, y que viniese lo que tuviese que venir,… yo ya me encontraba listo para todo.

Después se escuchó el himno nacional de Colombia y se lanzaron fuegos artificiales, mientras se oían gritos y aplausos de frenesí por todos los lados; mi corazón palpitaba a mil, no encuentro las palabras apropiadas para describir ese instante, ya que había más de 16,000 corredores, y allí estaba yo, inmerso en una gran multitud, todos unidos por un mismo sentir como hermanos.

Sonó la pistola de salida y partieron los corredores élites, seguidos del grupo #1, y después de 5 minutos crucé la línea como parte del grupo #2, con mis ojos llenos de lágrimas, ¡Sí! tengo que reconocer que soy muy sentimental y mis lágrimas no dudan en salir cuando la emoción me domina. Pero rápido me serené, porque debía ser muy estricto en cumplir mi ritmo de carrera para no sufrir después; por tal razón, fui fiel al pace que planifiqué.

Debo mencionar que otras veces cuando corro estoy superatento al reloj, pero esta vez al recorrer estas hermosas avenidas hacía lo contrario, me entretenía contemplando las calles y los locales tan bonitos de la ciudad de la eterna primavera, Medellín.

En algún momento observé delante de mí un intercambio de palabras entre los corredores que me llamó la atención; al prestar más cuidado identifiqué lo que sucedía, y era la división de la ruta para los de 21 y 42 kilómetros, donde los corredores de 21 kilómetros decían palabras de animó a los de 42 kilómetros y viceversa, muy bonito; por supuesto me uní a ese intercambio, que además fue de ánimo para continuar el recorrido.

Después de 32 kilómetros realicé un breve autoestudio de mi condición corporal y me encontré muy bien, entonces me dije, “mi momento ha llegado”. Mis pasos aumentaron el ritmo, por supuesto, a mi pace; entonces apliqué el entrenamiento que tanto me gusta, los cambios de ritmo y casi corriendo en zigzag, ahora era mi turno de rebasar corredores, y en verdad fue así los últimos 10 kilómetros, levanté mi rostro y seguí con todo lo que tenía.

En el kilómetro 40, casi terminando, me llené de fuerzas, porque a diferencia de mis otras maratones anteriores, en Medellín la parte final es bonita y es muy alentador ver a personas salir de sus casas temprano para ver desfilar corredores de muchos lugares, y hasta palabras de ánimo te ofrecen; pues esas palabras de ánimo me ayudaron a cerrar con todo lo que tenía. A casi 500 metros de la meta saqué la bandera, la levanté, y de inmediato los aplausos del público aumentaron (así lo había visualizado en mis sueños), mientras decían, “dale Panamá”.

Crucé la meta con los pies como de roca, y cuando vi el reloj para pausarlo regresé a mi realidad, y es que por la gracias de Dios, tenía nuevo récord personal; no lo podía creer, por fin había dejado las 5 horas de maratones pasadas y marcaba 4:24:00; en ese momento no tenía ni idea de cuánto tiempo había hecho el primer lugar, yo me sentía como el ganador, el mismo vencedor, en verdad sentí que todo valió la pena, ¡absolutamente todo! Lo único que sí me hizo falta fue la presencia de mi familia, extrañé mucho a mi hija Isabel Guevara, porque ella siempre era la que me pasaba la bandera.

Luego en la tarde visité el Pueblito Paisa y ustedes se imaginan para qué ¿verdad? Sí, para degustar una muy famosa a nivel mundial bandeja paisa; sentí que me la merecía y no me importó la cantidad de calorías, nada de eso, debía cumplir con terminarla toda, y también conseguí esa meta.

Los demás días de mi estadía me dediqué a pasear y recorrer diferentes puntos de esa hermosa ciudad, entre ellos, Comuna 13, Santafé, y los parques Berríos, Lleras y Botero, entre otros.

Mientras escribía este artículo un amigo me comentaba que su sueño siempre había sido correr un maratón; sus palabras me removieron los sentimientos, porque recordé que para mí era eso, «solo un sueño». Hoy puedo decir con alegría y lágrimas en los ojos «cumplí un sueño»; en mi mente lo veía imposible, pero hoy es realidad, y sé que mi amigo también lo cumplirá. Y como reza el pensamiento que inicia este escrito, «te deseo que puedas volar alto y cumplir todos tus sueños».

Para terminar, les cuento que mi nuevo sueño es correr la maratón de Brasil, y hacia esa meta, de la mano de Dios, iré.

SoloDioshacealhombrefeliz

30 pensamientos sobre “Maratón de Medellín 2022

  1. Ha sido una suoer experiencia y no dudo que pronto vas a superar aún más, manten el ánimo y el amor por el deporte, eso te ha hecho grande Amigo!! ADELANTE!!!!!

  2. Gracias por dejar a Panamá en alto hermano, eres una persona que inspira seguir adelante a pesar de todos los obstáculos, bendiciones! Brasil nos espera 💪🙌🙏😇🍾.
    Fe y Perseverancia.

  3. Me encantó este artículo. Definitivamente que debemos siempre seguir nuestros sueños y «volar alto».
    Espero que sigas cumpliendo muchos sueños más 👏👏
    Seguramente este cumplimiento es uno de tantos, Dios primero.

  4. Soy testigo de tu disciplina y perseverancia, así como también de tu organización para este cometido.
    ¡Un sueño bien cumplido! ¡Muchas felicidades!

    1. Gracias compañera 😊 fuiste aparte de este proceso, jajaj creo que todos los días te hacía preguntas de Medellín y tomaba apuntes 🤭, gracias por no aburrirte jijiii

  5. Excelente experiencia y excelente artículo, muy emotivo e inspirador; la prueba de que los sueños, si se es persistente, se convierten en realidad.
    La foto con la bandera es espectacular y su expresión lo dice todo.

    Adelante Lcdo. Gilberto, ya lo veo en Brasil

  6. Felicidades por ese sueño que se cumplio Dios primero , tienes la energia, para seguir adelante .
    Estoy muy orgullosa de usted compañero por cada paso y metas siga así que el tiempo no espera a nadie.

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