La odisea de vivir del Running
Los corredores suelen competir más de lo debido por la necesidad de obtener ingresos
Aunque los atletas cada vez están mejor considerados y tienen una mayor repercusión en los medios, ser un corredor profesional sigue siendo una apuesta de alto riesgo.
Por Fernando Revuelta – Maratonista
Dentro de un mundo tan competitivo, pocos son los atletas a nivel mundial que generan ingresos suficientes durante sus años en activo como para poder tener una seguridad económica cuando dejan de competir. Frente a otras modalidades deportivas como el futbol, baloncesto, automovilismo, golf o tenis, por citar solo algunos ejemplos, los atletas están mucho menos considerados económicamente, a pesar de que el atletismo es un mundo muy exigente y que demanda una gran capacidad de sacrificio.
Las fuentes de donde el corredor puede obtener estos ingresos para cubrir sus necesidades y gastos son básicamente tres: los patrocinios deportivos, los premios por competir, y las becas y ayudas públicas.
Patrocinios deportivos
Hasta hace no tantos años eran pocos los atletas que contaban con patrocinio deportivo, y para los que lo tenían, solía ser muy básico. Como dice el dicho, “lo que no está en los papeles no existe”, y el mundo del running no tenía una presencia en los medios que justificase el que empresas y marcas comerciales se interesasen en invertir en él parte de sus presupuestos de publicidad y mercadeo.
Pero el fuerte desarrollo de las redes sociales (Facebook, Twitter e Instagram) y de las plataformas de contenido (YouTube y Twitch), unido cada vez a una mayor repercusión mediática del running en medios escritos, radio y televisión, ha provocado un cambio de actitud en las empresas y agencias, convirtiéndose los atletas en sujetos de reclamo publicitario. Por ello, al patrocinio que generalmente era solo en especie (material deportivo), se le ha sumado un componente económico adicional por ser imagen o embajador de una determinada marca. Claro ejemplo es el del actual plusmarquista mundial de maratón, Eliud Kipchoge, el cual cuenta con numerosos patrocinadores tanto del mundo deportivo como de otros sectores (Nike, NN Nationale Nederlanden, Maurten, etc).
Premios económicos
Otro rubro de donde los atletas élites obtienen parte de sus ingresos son los premios y recompensas por participar en eventos y competencias. En ocasiones el pago es una cantidad fija que se otorga al corredor por el mero hecho de acudir a participar en una determinada carrera, dado el prestigio y publicidad que su presencia le otorga a la misma. Esto anterior es lo que se denomina un “fijo de salida”.
También los organizadores suelen contratar a atletas con el único objetivo de que sirvan de referencia de un determinado ritmo de paso a otros competidores, retirándose generalmente después de cumplida su función durante una parte del evento. A estos corredores se les llama liebres o pacers, y como nota curiosa, en algunas ocasiones han desafiado las previsiones ganando al final eventos en los que su participación era teóricamente para ayudar a corredores más fuertes.
Fuera de estas retribuciones ya pactadas, los demás premios se los deben ganar los corredores en la ruta o en la pista con base a su desempeño, bien por alcanzar un determinado puesto en meta, por lograr una marca que suponga un nuevo mejor registro en esa prueba, u obtener un nuevo récord de la distancia a un nivel geográfico específico (país, continente, mundo).
A modo de ejemplo, el pasado Maratón de Valencia celebrado en diciembre del 2021 tenía asignado un premio de €75,000 para el ganador, €30,000 adicionales si se lograba récord de la prueba, y otros €250,000 si se obtenía un nuevo récord mundial de la distancia.
La mayor premiación económica por participar en un evento la ostenta el citado Kipchoge, cuando en octubre de 2019 se embolsó la nada despreciable cifra de $1,000,000 por superar el Desafío INEOS, logrando en Viena (Austria) un tiempo no homologado de 1:59:40 en la distancia de maratón.
En ocasiones los atletas reciben también premiaciones económicas por ganar circuitos de pruebas, como sucede con las Abbot World Marathon Majors Series, que tradicionalmente han venido repartiendo un premio idéntico de $500,000 a los mejores maratonistas (hombre y mujer) clasificados.
Por último, existen algunas galas anuales donde se entregan premios y reconocimientos a deportistas por su carrera o actuaciones, los cuales no solo otorgan prestigio, sino también a veces una recompensa económica.
Becas y ayudas públicas
Otro medio por el cual los atletas pueden recibir ingresos económicos es a través de becas deportivas y ayudas otorgadas por diferentes entidades, generalmente establecidas en cuanto a su monto dependiendo del nivel deportivo del atleta y los logros obtenidos por el mismo.
Es frecuente que los países donde las administraciones públicas están más avanzadas cuenten con programas y planes de desarrollo deportivo, cuya duración generalmente coincide con el ciclo olímpico. Por ello los atletas suelen estructurar su programación buscando clasificar a dichos programas, ya que ello les garantiza contar con una remuneración fija y poder dedicar mayor tiempo a sus prácticas y entrenamientos, adicional a costear sus viajes y gastos a concentraciones, competencias, etc.
Este tipo de becas y ayudas pueden venir del Comité Olímpico Internacional, Comités Olímpicos Nacionales, Institutos de Deportes, federaciones deportivas, autoridades regionales, provinciales o locales, etc.