Rainier Crawford, maratonista a los 6 años

Flying Pig Marathon

Completó los 42 kilómetros en 8 horas y 35 minutos.


Por Fernando Revuelta – Maratonista

El pasado 1 de mayo se celebró en Cincinnati (Ohio), la edición 24 de la Flying Pig Marathon (maratón del cerdo volador), el evento atlético más importante de la ciudad y en la que participan anualmente más de 30,000 corredores.

La prueba hubiera pasado mayormente desapercibida fuera de los medios que cubren este tipo de eventos si no fuera por la noticia de que entre los finalistas se encontraba un niño de solo 6 años, Rainier Crawford, el cual corrió con sus padres y cinco de sus hermanos, algunos como él también menores de edad.

Los padres de Rainier, Kami y Ben, residentes en Kentucky, han tenido que responder a múltiples mensajes acusándoles de irresponsables por permitir que un niño de esa edad en pleno desarrollo sometiese su cuerpo a semejante esfuerzo, llegando incluso a recibir acusaciones de maltrato e insultos, al mismo tiempo que otra parte de la sociedad, les ha visto con simpatía y ha alabado el que promuevan la práctica deportiva en familia, dando libertad a sus hijos para tomar sus propias decisiones, aun siendo menores de edad.

Se da la circunstancia de que los padres de Rainier no han ocultado nunca a través de las redes sociales su particular modo de entender el running y la participación en competencias. El caso de su hijo Rainier es el que ha saltado a la luz pública, pero con anterioridad, ya algunos de sus hijos, como Memory de 7 años, habían completado maratones. Rainier de hecho, a su corta edad, llevaba ya antes de esta prueba un buen número de competencias terminadas, incluyendo media maratones.

En su cuenta de Instagram los Crawford han contestado a las críticas afirmando que jamás forzaron física o psicológicamente a Rainier ni a ninguno de sus otros cinco hijos a correr largas distancias, y que durante esta prueba en particular, Rainier nunca mostró signos de agotamiento o deshidratación que indicasen estaba en riesgo, situaciones ante las cuales ellos le hubieran obligado a abandonar.

Los Crawford afirman que es cierto que en la última parte de la carrera Rainier se mostró cansado y lloró en algunos momentos, pero que es algo que también le sucede a miles de corredores adultos cuando pasan por lo que se denomina “el muro”. Sus padres señalan que le preguntaron a Rainier en repetidas ocasiones si quería continuar o retirarse, y que él siempre contestó que deseaba terminar. Para incentivarlo, los Crawford le prometieron a Rainier que si completaba los 42 kilómetros le comprarían dos paquetes de patatas fritas “Pringles”, promesa que cumplieron días después ante la satisfacción de Rainier.

Los cinco hijos mayores de los Crawford que también estaban corriendo la prueba esperaron más de una hora en el kilómetro 41 a que llegaran sus padres acompañando a Rainier, para después ya los ocho juntos y agarrados de las manos, cruzar la línea de llegada con un tiempo de 8 horas y 35 minutos.

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