The Barkley Marathons: la carrera más loca y dura del mundo

Running

Hasta la fecha solo 15 corredores han logrado finalizar la prueba.


Por Fernando Revuelta – Maratonista

Poco podía imaginar James Earl Ray que la historia de su fuga en 1977 de la penitenciaría de Brushy Mountain State (Tennessee), iba a inspirar años más tarde una de las pruebas de ultradistancia más duras del mundo. Ray estaba cumpliendo una larga condena por el asesinato de Martin Luther King Jr., y junto con otros seis presos escapó huyendo por las montañas aledañas a la prisión. Debido a la popularidad de su caso, las autoridades organizaron una intensa búsqueda, y tras 55 horas lograron detener a Ray después de que este hubiera podido recorrer una distancia de solo 13 kilómetros por empinadas zonas boscosas.

Al excéntrico Gary “Lazarus Lake” Cantrell esta historia le llamó la atención, y se cuestionó sobre qué distancia sería posible completar en ese tiempo corriendo por el mismo área por donde huyó Ray, lo que le llevó a organizar en 1986 la primera edición de lo que se conoce como The Barkley Marathons. En su formato actual, esta prueba que se celebra en las montañas del Parque Estatal Frozen Head, comprende 5 vueltas a un circuito de 32 kilómetros acumulando una distancia total de 160 kilómetros (100 millas) y un desnivel de 20,000 metros.

El recorrido no está señalizado sobre el terreno, y los competidores deben orientarse exclusivamente con mapa y brújula, ya que están prohibidos los dispositivos GPS. Para complicar más las cosas, la mayoría de la ruta no es por senderos sino por el medio del bosque, superando zonas de mucha vegetación, rocas y fuertes pendientes. Los participantes durante cada una de las vueltas no pueden recibir ayuda externa, más allá de varios puestos de hidratación donde la organización ubica garrafas con agua.

Esta prueba rompe con todos los elementos habituales en las carreras tradicionales, y está rodeada desde el momento de la inscripción de un halo de secretismo y misterio. Para el registro no existe página web ni nada similar, sino que los interesados deben mandar un escrito al organizador a una dirección que va cambiando cada año argumentando las razones por las que quiere participar, junto con $1.60 (1 centavo por kilómetro) que es el único costo asociado a la inscripción. De allí Gary Cantrell selecciona un heterogéneo grupo de personas que ronda las 40, incluyendo tanto especialistas en ultradistancia, como corredores sin demasiada experiencia. Aquellos que acuden por primera vez, deben hacer una contribución a Cantrell de una matrícula de auto correspondiente a su estado o país de procedencia, así como alguna prenda de ropa según las indicaciones de cada edición.

La carrera no tiene una fecha fija en el calendario, pero se suele celebrar durante los meses de marzo o abril. Incluso el día de inicio de la prueba, la hora de partida no es conocida de antemano por los participantes, que pernoctan acampados en el área pendientes de que en algún momento, entre las 12 de la noche y las 12 del mediodía, Cantrell haga sonar una caracola avisando de que una hora después comenzará la carrera. Es el propio Cantrell, el que llegado el momento, enciende un cigarrillo al mismo tiempo que se inicia el reloj, dando así oficialmente la salida a los corredores.

Los competidores disponen de un tiempo total de 60 horas para completar las 5 vueltas, con tiempos de corte de 12 horas por vuelta. Para los que abandonan o no logran cumplir con estos tiempos y son descalificados, en señal de respeto, en cada una de las ocasiones la organización hace sonar una trompeta con el tema “Taps”, característico de los funerales estadounidenses. Aquellos participantes que logran completar al menos 3 vueltas (100 kilómetros), se consideran finalistas de la versión “Fun Run”.

Para comprobar que los participantes han completado correctamente el recorrido, deben realizar en cada vuelta una especie de “caza del tesoro”, encontrando libros escondidos por Cantrell de los que deben ir arrancando las páginas que se correspondan con su número de carrera (el cual es diferente en cada vuelta). Las vueltas no se hacen siempre en el mismo sentido, sino que dos se hacen en el sentido de las agujas del reloj, dos en sentido contrario, y el sentido de la quinta queda a elección del primer corredor que llegue a la famosa «verja amarilla» que hace las funciones de salida y meta. Si este elige un sentido, el siguiente corredor deberá hacerlo en sentido contrario, y así sucesivamente. De esta forma, si dos corredores llegasen juntos al inicio de la quinta vuelta, deberán correr por separado sin posibilidad de ayudarse.

El récord de la prueba lo ostenta Brett Maune desde el 2012 con 52 horas 3 minutos y 8 segundos, y desde sus inicios solo 15 corredores (en 18 ocasiones) han podido completar en su totalidad la carrera, habiéndolo logrado Jared Campbell tres veces en los años 2012, 2014 y 2016.

La última edición de The Barkley Marathons se celebró el pasado 8 de marzo y ninguno de los competidores consiguió completar las 5 vueltas, siendo el último finalista de la prueba John Kelly que lo logró en el año 2017.

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