Maratones subterráneas: la experiencia de correr bajo tierra
Galerías de minas, túneles de metro, pasos de montaña, cualquier sitio es bueno para correr en el subsuelo.
Por Fernando Revuelta – Maratonista
El mundo de las carreras es un recurso inagotable, ya que en cualquier lugar de nuestro planeta donde se pueda realizar una, de seguro más tarde o temprano surgirá un promotor que la organice. Así existen carreras en zonas de mucho frío con nieve y hielo, como en la Antártida; existen carreras en áreas de desierto sobre arena expuestas a elevadísimas temperaturas, como la Marathon des Sables; existen carreras en zonas de alta montaña con un aire enrarecido, como la Everest Marathon; existen carreras en áreas selváticas donde la vegetación y la alta humedad son obstáculos casi insuperables, como la Jungle Marathon; existen carreras en espigados rascacielos, donde los competidores superan miles de escalones, como la del Empire State Building; por existir, existen carreras hasta recorriendo la Gran Muralla China,… y es que nada se escapa al running, tampoco el subsuelo.
Las carreras subterráneas se realizan en túneles y otras infraestructuras construidas por el hombre, como pueden ser galerías de acceso a minas, líneas de metro, pasos de montaña, etc. Obviamente estas construcciones no están pensadas para albergar la realización de una prueba deportiva con miles de participantes, por lo que usualmente las competencias se dimensionan para un número reducido de corredores con salidas escalonadas por grupos en modo contrarreloj.
Alemania es uno de los países con mayor tradición en este tipo de pruebas subterráneas, y usualmente se realizan en minas de sal, aprovechando las galerías de acceso y servicio por donde circulan los transportes que mueven al personal, equipos y materiales. Estas galerías suelen tener unas dimensiones reducidas, tanto de ancho como de alto, y en las mismas el pavimento y las paredes contienen mucho polvo derivado de la propia actividad extractiva.
Entre las particularidades de este tipo de pruebas en minas está el que para descender hasta el nivel donde se va a realizar la carrera hay que bajar en pequeños grupos en elevadores, y por motivos de seguridad, como equipo obligatorio se exige a todos los participantes llevar casco.
Al celebrarse a profundidades de varios cientos de metros, en este tipo de pruebas obviamente no hay luz solar, estando los túneles y galerías iluminados artificialmente. Como esta iluminación suele no ser suficiente, en muchos casos los participantes llevan lámparas frontales en la cabeza para una mejor visión.
Uno de los eventos subterráneos más famosos fue la Unter-Tage Sparkassen Marathon, celebrada desde el 2002 al 2014 en los túneles de una mina de sal a 700 metros de profundidad en Sonderhausen, en el estado alemán de Turingia. La distancia de la prueba era la tradicional de maratón de 42,195 metros, dando 10 vueltas a un circuito que contenía desniveles de hasta un 20 %. En la actualidad la prueba más reconocida es la Crystal Marathon, en el municipio alemán de Merkers, donde se completa la distancia de maratón a 680 metros bajo tierra dando 13 vueltas a un circuito de 3.25 kilómetros. Como curiosidad, en estas mismas minas es donde terminada la Segunda Guerra Mundial, el ejercito estadounidense encontró una gran cantidad de oro y de obras de arte escondidas por los nazis.