IRONMAN 70.3 – Panamá
1.9 kilómetros de natación, 90 kilómetros de ciclismo y 21 kilómetros de carrera
Casi 1,000 triatletas fueron parte de esta prueba que se ha convertido ya en uno de los eventos deportivos más importantes a nivel nacional.
Ayer domingo se celebró una nueva edición del Ironman 70.3 Panamá, la prueba de triatlón de mayor participación y relevancia de las que se celebran en nuestro país. Fue un evento en el que los triatletas locales tenían muchas ansias por participar, ya que lamentablemente las ediciones del 2020 y 2021 tuvieron que ser suspendidas debido al COVID-19.
Desde muy tempranas horas parte del equipo de redacción de Siempre Running estuvimos en el área y la verdad se vivía una enorme expectación. Aprovechamos para realizar un entrenamiento en el que más tarde iba a ser el circuito de carrera a pie, y aunque faltaban todavía bastantes horas para que los triatletas pasaran por el mismo, ya todo estaba listo y señalizado, incluyendo el punto de retorno en isla Perico. Eso es indicativo y buen ejemplo de que las cosas se pueden organizar con tiempo y sin improvisaciones.
Al amanecer tarde en esta época del año, la partida del primer grupo de la natación desde el Club de Yates de Balboa coincidió con las primeras luces del día. El canal de Panamá se quiso sumar a la celebración, y mientras los primeros nadadores iniciaban el recorrido de 1.9 kilómetros, un barco portacontenedores fue testigo del hecho cruzando en esos momentos frente al área de partida.
Poco después el sol ya empezó a pegar con fuerza en el horizonte, lo que se mantuvo sin muchos cambios por el resto del día. Para ver la prueba buscamos inicialmente un punto en el recorrido de ciclismo, justo en el paseo al lado del canal que da acceso a la vía principal de Amador. Enseguida se anunció el paso del primer ciclista, perteneciente al equipo de relevos “Selección de Panamá” compuesto por el nadador Isaac Beitia, el ciclista Sandi Guerra y el atleta olímpico Jorge Castelblanco. A continuación, y con pocas diferencias entre ellos, fueron pasando los primeros triatletas, al mismo tiempo que nosotros aprovechamos para hacer un pícnic a la sombra de unas palmeras (la jornada se preveía larga y había que recargar energía). Muy rica la tortilla de patatas, por cierto 😉.
Intentamos reconocer a la mayor cantidad de participantes, pero sinceramente se nos hizo complicado identificarlos, ya que entre la velocidad con la que pasaban, el casco de ciclismo y los lentes, al final acabamos dando gritos de ánimo genéricos del tipo “vamossss, vengaaaa, daleeee”,… demasiada pena llamarle a alguien por un nombre y que no fuera.
Lo que sí se podía reconocer más fácilmente era la nacionalidad de los triatletas, ya que muchos portaban uniformes de los principales equipos de Panamá, o las banderas y nombres de sus respectivos países impresos en las equipaciones. Es así que pudimos darnos cuenta de que adicional a los triatletas del patio, había también una gran presencia de triatletas llegados desde Colombia, Costa Rica y Perú, entre otros. En total casi 1,000 participantes.
Después de ver la partida del segmento de ciclismo de 90 kilómetros, nos trasladamos al área de la propia calzada en Amador, para seguir así el desarrollo de la prueba en bicicleta y sobre todo la parte de la corrida de 21 kilómetros. La etapa de ciclismo eran tres vueltas a un circuito por el Causeway y la Cinta Costera en sus fases 1, 2 y 3, ruta la cual según nos comentaron los participantes, se hizo bastante exigente por las numerosas curvas y resaltes del pavimento.
Por todos los sitios por donde estuvimos nos íbamos saludando con amigos y conocidos, fue impresionante la cantidad de gente que había en todo el área viendo la prueba y haciendo porras a los participantes… algunos familiares, otros amigos, compañeros de equipo o de empresa,… no faltaba nadie.
Logramos encontrar un punto con algo de sombra y allí establecimos nuestra base, cerca del retorno del circuito de carrera a pie en el Biomuseo. No tuvimos que esperar mucho, ya que a las 9:00 a.m. todo se activó cuando Jorge Castelblanco pasó volando en la punta de la prueba dentro del mencionado equipo de relevos.
Después de un rato comenzaron a pasar los triatletas de la categoría individual, los cuales a pesar de todo el castigo físico que ya llevaban encima, mostraban muy buen ritmo. Correr 21 kilómetros en Amador incluso siendo un recorrido plano no es para nada sencillo, y mucho menos a esas horas con toda la dureza del sol. Se trata de un lugar donde prácticamente no hay un metro de sombra, y adicional a la alta temperatura usual en esta época de verano, se une siempre un alto grado de humedad al estar rodeado de agua por todos los lados.
Conforme se fueron incorporando más triatletas a la etapa de carrera, se fue formando ya una hilera bastante nutrida de participantes, unos corriendo en un sentido y otros en el contrario, completando cada uno de los tres giros que debían realizar en el Causeway antes de dirigirse a la meta ubicada en las inmediaciones del Figali.
Sinceramente fue admirable el esfuerzo de todos los participantes, y muy emocionante poder animar a cada uno de ellos, chocarles las manos, tomarles fotos, etc. En verdad que fue muy divertido y gratificante, y las más de cuatro horas que estuvimos en esta ubicación se nos pasaron volando.
En cuanto a los resultados, las tres primeras posiciones de la rama de mujeres fueron para Lea Riccoboni con 4:33:19, Williana Rojas con 4:38:51 y Daniela Araujo con 4:42:53, todas ellas con muchos años de residencia en Panamá. Por la rama de varones, el triunfo fue para Salvador Ruiz de Perú con 4:12:27, completando el podio el argentino Martín Gallardo con 4:15:22 y el ecuatoriano Gabriel Terán con 4:19:59. En cuarta posición se ubicó el primer triatleta nacional, nuestro querido Víctor Ortiz Jr (Vitincín) con 4:22:27.
Según nos comentaron, y a diferencia de ediciones anteriores, este año no hubo en la prueba triatletas de los considerados «profesionales», de esos que se la pasan viajando por todo el mundo en busca de puntos para pelear los rankings. Creo que a todos nos gusta poder ver competir en el país a un Gómez Noya u otros triatletas de ese nivel, pero si tenemos que elegir, por nuestra parte creemos que lo que da importancia a esta prueba y lo que la convierte en uno de los acontecimientos deportivos más importantes del año a nivel local, no es tanto si vienen a correr a Panamá 10 o 20 triatletas élites, sino el entusiasmo de los triatletas locales, el trabajo de la gente involucrada en la organización, el esfuerzo de decenas de voluntarios, y la presencia de cientos de espectadores entre familiares, amigos y público en general, que se congregan en la ruta para animar y hacer de este evento una auténtica fiesta del deporte.
No podemos terminar esta crónica, sin ofrecer nuestras más sinceras felicitaciones a todas y todos los triatletas que participaron ayer, ya que en verdad son admirables. Sin lugar a dudas todos salimos de allí con energías renovadas para perseverar en nuestros respectivos entrenamientos y objetivos a futuro, ¡sois un gran ejemplo!
Fotos por SR Photo