Editorial: «Maratón de Berlín, una ventana abierta a la esperanza»

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Durante el pasado fin de semana se celebró una nueva edición de la Maratón de Berlín, una de las pruebas de mayor prestigio y que forma parte del exclusivo club de las Marathon Majors. Debido a la pandemia del COVID-19, la edición del año pasado había tenido que ser suspendida -como sucedió prácticamente con la totalidad de las maratones más importantes a nivel mundial-, lo que obviamente creó un gran vacío y desconsuelo en toda la comunidad runner.

Aunque la prueba tuvo que acomodarse a los protocolos de bioseguridad, incluyendo una reducción del número habitual de corredores y la exigencia de pauta completa de vacunación o test PCR, el que se haya podido celebrar sin mayores contratiempos ha sido un magnífico ejemplo para otros eventos que también tienen fecha prevista en el calendario. De hecho, durante las próximas semanas, y sin solución de continuidad, se celebrarán otras maratones de primer nivel como las de Londres, Chicago, Boston, París, Róterdam, Nueva York o Valencia.

«La comunidad de maratonistas se ha puesto de nuevo en movimiento»

Panamá desplazó hasta Berlín a una veintena de corredores, y en el resto de las pruebas mencionadas también se tiene previsto que haya representación de maratonistas patrios, incluso de grupos numerosos de 50 o más personas, como sucederá en un par de semanas en la Maratón de Chicago. Los testimonios que los corredores que estuvieron en Berlín compartieron estos días en redes sociales sobre el viaje y su experiencia, han servido para impregnar alegría y optimismo en el resto de la comunidad runner, y nos dan ánimos de que en un futuro no tan lejano, podamos volver a la antigua normalidad en lo que a eventos masivos de maratón se refiere.

Las personas muchas veces no solemos dar valor a ciertas cosas al considerarlas usuales y cotidianas, pero la pandemia del COVID-19, con las restricciones de movilidad y de reunión que hemos tenido que cumplir durante meses, nos han hecho replantearnos muchas de estas cosas en nuestra escala de valores, apreciando ahora con mucha mayor sensibilidad aspectos que con anterioridad pasaban casi desapercibidos a nuestro alrededor. Algo tan sencillo, por ejemplo, como el mero hecho de poder salir a correr al aire libre y sentir la brisa en nuestro rostro, fueron sensaciones que tuvimos olvidadas por demasiado tiempo.

No podemos aún cantar victoria, porque la lucha contra el virus todavía está presente a nuestro alrededor y debemos seguir respetando las medidas que dicten las autoridades, pero sin duda alguna, el ver que la comunidad de maratonistas se ha puesto de nuevo en movimiento, es una ventana abierta a la esperanza para todos los que amamos correr.

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