Reflexiones sobre el Maratón Olímpico: Kipchoge, “No human is limited”
Los corredores africanos siguen haciendo historia
Tokio nos brindó una interesantísima pero exigente prueba en la que un tercio de los participantes se vio obligado a abandonar.
El pasado sábado tuvimos la fortuna de ver un auténtico espectáculo durante la celebración de la prueba de maratón de los Juegos Olímpicos de Tokio. Para todo corredor, pero en especial para los que hemos tenido la oportunidad de participar en algún maratón, fueron algo de más de dos horas de emoción y de estar pendientes a cada instante de la prueba.
Un total de 106 atletas tomaron la partida en la ciudad de Sapporo, bajo unas severas condiciones de temperatura y humedad a pesar de haberse adelantado la hora de inicio prevista. Entre toda esa variopinta representación mundial, con el número 3124 uno de los nuestros, Jorge Castelblanco, en su segunda participación olímpica después de Río de Janeiro.
Aunque la nómina de corredores élites era impresionante, con muchas marcas personales por debajo de 2:10, todas las miradas desde hace semanas estaban puestas en un solo hombre, el keniano Eliud Kipchoge, poseedor del récord mundial y que ha venido dominando cuasi manu militari el panorama del maratón desde el año 2014. De Eliud Kipchoge se le conoce la famosa frase “No human is limited”, algo que pudiera parecer solamente un bonito pensamiento, pero que en boca de Eliud toma real trascendencia cuando se le ve competir.
42 kilómetros y 195 metros dieron para muchas imágenes, para muchos gestos, para muchos sueños cumplidos, pero también para muchas ilusiones rotas. Sirva como ejemplo el del brasileño Do Nascimento, que de liderar el grupo puntero de modo relajado, incluso chocando puños con Kipchoge, pocos kilómetros después se vio obligado a abandonar completamente desorientado como si le hubieran bajado el switch. Maratón, prueba exigente y demandante como ninguna, en la que en pocos minutos se puede pasar de tener el todo, a la más insignificante nada.
Promediando el kilómetro 30, cuando las fuerzas en la mayoría de los participantes empezaban a escasear, Eliud decidió que ya era momento de hacer su parte y se fue en solitario en busca del oro. A diferencia de otros corredores, ni su gesto de carrera ni su rostro mostraron indicio alguno de esa aceleración, fuera de la distancia que visualmente iba ganando de modo paulatino con el grupo de Cherono, Nageeye, Abdi y Lamdassem.
Eliud fue superando kilómetro tras kilómetro con una aparente gran facilidad, sin alterar su demoledora zancada, con la boca casi cerrada, haciendo fácil lo difícil. El reloj de meta señalaba 2:08:38 cuando Eliud levantó los brazos al viento y se colgó su segundo oro olímpico en la distancia, demostrando que independientemente de lo que le depare el futuro, está ya por méritos propios al nivel de un referente histórico como Abebe Bikila, también dos veces ganador de la maratón olímpica y primer atleta africano que ganó medalla de oro en unos juegos.
Por detrás, en el cuarteto perseguidor se mascaba la tensión, afloraba el cansancio y se multiplicaban las dudas sobre el desenlace, sabedores de que la lucha por los metales se limitaba ya a las medallas de plata y bronce. Magnífico el esfuerzo y la emoción que nos brindaron en los últimos kilómetros esos cuatro atletas, incluyendo el cierre final de Nageeye que animó a Abdi para que de la nada sacase un postrero remate que le sirvió para completar el podio.
Poco a poco el resto de corredores fueron llegando a la línea de meta, mostrando la mayoría una mezcla entre cansancio y satisfacción, sabedores de que cada maratón es diferente a las demás, y que el mero hecho de alcanzar la meta por sí solo supone ya una victoria.
Con tremenda emoción mantuvimos la espera hasta que vimos a aparecer en la larga recta final a nuestro representante, Jorge Castelblanco, el cual hizo una carrera muy inteligente, y al que tuvimos oportunidad de ver en repetidas ocasiones en las imágenes que suministró la retransmisión de la prueba. Todos esos meses de entrenamiento y los cientos de kilómetros recorridos dieron sus frutos. Muchas gracias Jorge por representarnos a todos.
Terminó Tokio pero los Juegos Olímpicos de París 2024 están a la vista. Una vez recuperado y de regreso a Panamá, confiamos que Jorge acepte el reto y prepare el nuevo ciclo olímpico. Serían sus terceras olimpiadas. Capacidad y determinación, sabemos no le faltan.
Grande Jorge 💪💪💪💪💪
FEliciddaes por dejar a Panama en alto !!!!!
yaditzaelizabeth
👏👏👏👏Castel compitió en sus segundas olimpidas y la verdad lo vi mucho mas fuerte con mas experiencia en cuanto a dominio de la distancia en esta ocasión, se que el clima fue muy intenso y resto bastante a los corredores sin embargo el logra terminar los 42 k con buena energía se merece mi respeto y admiración.
gussabiox
@yaditzaelizabeth Exacto… Llego super fresco
Grande Castelblanco, muchas felicidades
Eliud KipChogue, simplemente un «SUPER HUMANO»
vr2310
Me encantó la carrera. La vi de principio a fin. Un Kipchoge gigante. Solo extrañé un detalle. Pienso que su compañero de equipo Cherono ha podido quedar segundo si alguien lo hubiese alertado sobre el remate de los que al final quedaron con medalla de plata y bronce.