7 Consejos para correr de noche y en la madrugada

Debido a la imposibilidad material de correr en otros momentos del día o por elección personal, cada vez un mayor número de corredores se ejercita en horas de la noche y en la madrugada, debiendo compaginar su pasión con la evidente falta de luz.

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Las duras condiciones climáticas de Panamá, las largas jornadas de trabajo y los compromisos familiares o sociales, son algunos de los principales motivos por los que muchos aficionados al running locales se ven en la necesidad de ejercitarse en horas nocturnas, bien antes de la salida del sol en la madrugada o al finalizar la tarde. Pero correr de noche no está exento de riesgos y peligros, que pueden llegar a ser fatales si no se toman precauciones básicas. Si perteneces a este grupo, los siguientes 7 consejos te ayudarán a disfrutar de tu rutina con mayor seguridad.

1. Aprovechar zonas iluminadas

Para correr de noche preferiremos zonas peatonales iluminadas en las que no tengamos que compartir el uso con vehículos motorizados ni bicicletas. Las urbanizaciones y polígonos industriales son una buena opción en la mayoría de los casos, aunque para hacer una distancia larga tengamos que dar más vueltas de las deseadas. En la ciudad capital las mejores áreas serían el Parque Omar, con buena iluminación y seguridad, la Cinta Costera en sus 3 fases, el boulevard de Costa del Este, la Ciudad del Saber y la Calzada de Amador. No hay que confiarse de que el sitio por donde vayamos a correr aparentemente tenga faroles instalados, ya que podemos llevarnos la desagradable sorpresa de que por motivo de averías no estén funcionando al momento de necesitarlos. Esto sucede con más frecuencia de lo deseado, y suele afectar no a varias luminarias aisladas, sino a etapas o sectores enteros.

2. Concentración al máximo

Durante las horas nocturnas es fundamental mantener la concentración en todo momento, especialmente el sentido visual. Nuestro campo de visión se puede ver limitado si no contamos con faroles u otras fuentes de luz que iluminen el terreno por el que transitamos. De noche seremos más propensos a sufrir tropiezos al subir y bajar aceras, desequilibrarnos al pasar policías muertos, e incluso caernos por alguna losa rota, ramas de árbol u otro objeto que nos encontremos obstaculizando nuestro camino. En condiciones de total oscuridad, ralentizaremos nuestro paso y daremos zancadas más cortas, exagerando el gesto de levantar los pies. Al correr de noche se produce el fenómeno de que la persona siente que lleva mayor velocidad, debido a que al no poder ver edificios u otras construcciones en el horizonte que sirvan de referencia, causa la impresión de que los objetos más cercanos como vegetación, señalizaciones de tráfico o las propias luminarias, son superados muy deprisa a nuestro paso.

3. Escuchar en silencio

Con referencia al oído, este sentido adquiere incluso mayor importancia en las horas nocturnas que durante el día, puesto que nos va a advertir tanto de la aproximación de vehículos como de la presencia de personas o animales, especialmente perros sueltos que nos puedan dar un buen susto. Aunque tengamos por costumbre usar audífonos para escuchar nuestra música favorita mientras corremos, en las horas nocturnas es preferible prescindir de los mismos con el objeto de no limitar nuestra capacidad auditiva. Si de todos modos queremos llevarlos, se recomienda tener puesto solo un audífono y a un volumen moderado.

4. Correr contra el tráfico

Si nos ejercitamos en calles y vías en las que existe tráfico vehicular, correremos siempre por el carril contrario al sentido de nuestra marcha para tener el tráfico de frente. Es cierto que los vehículos al aproximarse pueden deslumbrarnos con sus luces, pero siempre es mejor eso y poder anticiparnos a un posible accidente, que correr sin tener visión de los vehículos que se nos acercarían por detrás. Para no ser deslumbrado es recomendable llevar una visera e inclinar un poco la cabeza ocultando los focos, al mismo tiempo que ralentizamos nuestro ritmo de carrera hasta que el vehículo en cuestión se haya cruzado con nosotros. Si corriéramos en cambio en un grupo numeroso en un camino o carretera secundaria, podemos usar el carril propio corriendo por el hombro con un vehículo detrás con las luces intermitentes para mayor protección.

5. Llevar iluminación adicional

Si el área por donde corremos tiene buena iluminación artificial no es necesario portar ningún artefacto adicional que nos ayude a mejorar nuestra visión del terreno y de los elementos naturales o artificiales con los que podamos impactar. Pero si se trata de zonas en las que la iluminación es escasa o nula, será de enorme ayuda contar con algún dispositivo que pueda alumbrar nuestra ruta. El sistema más utilizado por los corredores es el de la lámpara de cabeza o frontal, alimentado por baterías y que se mantiene iluminando el terreno por el que vamos a transitar sin gran oscilación gracias a las correas elásticas que se ajustan al contorno de la cabeza. La unidad para medir la potencia de los frontales se llama lumen, y sería aconsejable conseguir un frontal de al menos 100 lúmenes. También hay algunas gorras que incorporan en la visera luces tipo led de bajo consumo, aunque no tienen la misma potencia luminosa que un frontal. Otras opciones más habituales pero menos eficientes serían una sencilla linterna de mano o un celular con la aplicación de iluminación encendida.

6. Usar vestimenta reflectiva

Cuando se corre de noche es muy importante ver, pero también ser vistos. En la actualidad casi todas las marcas deportivas incorporan en sus uniformes y colecciones de calzado diferentes elementos reflectivos, los cuales brillan intensamente cuando son alumbrados por luces de vehículos. También se pueden adquirir chalecos, cinturones y bandas que cumplen similar función. En cualquier caso es preferible usar prendas de colores vivos que destaquen en la oscuridad y faciliten que seamos vistos, como amarillos, rosados y anaranjados, en lugar de tonos opacos. Si vamos vestidos de negro de pies a cabeza será prácticamente imposible que un vehículo nos vea hasta que ya esté muy cerca.

7. Correr en compañía

Calcula bien la ruta que vayas a hacer y la hora de la puesta del sol, ya que podrías iniciar un recorrido de día y que se te haga de noche sin planificarlo ni estar preparado para ello. Esta circunstancia es especialmente importante cuando corremos en zonas de montaña fuera de áreas pobladas. Siempre es recomendable correr de noche acompañado de al menos una persona y portando un celular, ya que ante cualquier peligro o emergencia dispondremos más fácilmente de ayuda. Se han dado casos de algunos ataques e intentos de robo a corredores en áreas de las denominadas “rojas”, por lo que en lo posible deberemos evitarlas. También es prudente alejarse de zonas donde haya discotecas y lugares de recreación para prevenir inconvenientes con personas que estén bajo la influencia de drogas o alcohol.