Las mentiras en el Running también tienen patas cortas

El deseo de aparentar lo que no somos, puede ser la tumba de nuestra credibilidad

Mentiras tienen patas corras

Como dice el refranero «se coge antes a un mentiroso que a un cojo».


Por Fernando Revuelta – Maratonista

Se dice que la mentira forma parte de nuestras vidas, ya que los humanos somos mentirosos por naturaleza. Los corredores no escapamos a este defecto, y movidos por el afán de notoriedad o buscando aceptación social, en ocasiones disfrazamos la realidad, o simple y llanamente, nos la inventamos.

La mayoría de los que llevamos ya unos cuantos años dando zancadas por este mundo hemos vivido situaciones en las que otro corredor se jacta de que ha terminado una prueba, no siendo esto cierto, o asegura que ha conseguido una determinada marca, mucho mejor a la realmente lograda.

La comunidad runner en Panamá ha crecido mucho durante los últimos años, pero sigue siendo un ámbito bastante limitado en el que de modo directo o indirecto, uno acaba conociendo a la mayoría de los corredores. De modo adicional, la difusión del internet, las redes sociales y plataformas como Garmin o Strava, han posibilitado el tener acceso a una cantidad enorme de información, por lo que uno puede saber muchas veces cuándo, dónde, cuánta distancia y a qué ritmo, otro corredor ha entrenado o competido.

No hace mucho sentido por lo tanto el estar inventando o maquillando la realidad, ya que esto se puede volver en contra de uno. Ciertamente que hay casos de personas que son mentirosas patológicas y que pueden contar con todo lujo de detalles, y sin ningún tipo de rubor, que completaron por ejemplo una maratón u obtuvieron un determinado puesto o tiempo, cuando de una sencilla búsqueda en google, redes o web del organizador, se puede constatar fácilmente que no es cierto.

Usualmente este tipo de mentiras no tienen mayor trascendencia que la pena ajena que producen en la persona que las escucha, pero en ocasiones adquieren notoriedad en los medios como la reseña que hoy publica Alberto Ortín en VozPópuli. La misma hace referencia a Abengoa, una multinacional española dedicada a los sectores de infraestructuras, energía y agua, y el artículo lleva como titular “Un ‘runner’ bocazas de Abengoa avisó al fondo Oceanwood: Las cuentas eran engañosas”.

Haciendo una sinopsis del caso, la multinacional Abengoa lleva tiempo siendo investigada judicialmente por varios presuntos delitos entre los que se menciona la falsedad en sus cuentas y estafa a inversores, y de hecho tan solo hace un par de días la Guardia Civil realizó una inspección a sus oficinas con el objeto de obtener pruebas.

Uno de los inversores en Abengoa fue el fondo británico Oceanwood, el cual llegó a tener un 4 % del capital de la multinacional española, pero para su suerte abandonó el grupo poco antes de que el mismo entrara en crisis y se viera envuelto en concurso de acreedores.

El artículo de VozPópuli hace referencia a que en enero de este año Julian García Woods, socio de Oceanwood, aclaró ante el juez de la Audiencia Nacional que lleva la causa el curioso motivo por el cual el fondo británico acabó retirando su inversión en Abengoa. VozPópuli relata así lo sucedido:

«Abengoa ofrecía una deuda corporativa y otra con recurso, los datos no eran claros, tampoco lo era la contabilidad de los pagos a proveedores», declaró el pasado mes de enero Julián García Woods ante el juez. «Los números de la compañía eran muy difíciles de analizar, muy complicados», dijo. «Para nosotros había un total descontrol en esta compañía», aseguró.

Pero lo que realmente hizo sospechar a García Woods que algo no iba bien en Abengoa no fueron sesudos análisis contables, ecuaciones matemáticas o informes forenses. Lo que mosqueó al hoy socio de Oceanwood fue lo que le contó en una conversación un directivo algo bocazas de Abengoa.

García Woods relató al magistrado que era aficionado a los maratones, y que habló de ello con un directivo de Abengoa, que también corría maratones. «Me dijo que los corría en menos de tres horas», recordó en su declaración. Bajar de las tres horas en un maratón está al alcance de muy pocos.

«Eso me extrañó, y comprobé en registros oficiales las marcas del directivo de Abengoa en maratones. Y vi que en realidad los corría en más de cuatro horas», contó el socio de Oceanwood. «Si alguien es capaz de equivocarse en algo así, pierde credibilidad en todo lo demás», añadió García Woods ante el magistrado de la Audiencia Nacional.

Después de leer el artículo, no me queda duda de que al directivo de Abengoa le perdió el deseo de presumir y tener notoriedad, lo que al mismo tiempo sirvió para que esta firma inversora británica recelase a partir de ese momento de las informaciones financieras recibidas y comenzara a poner en entredicho las mismas. Y es que cuando uno pierde su credibilidad, es muy difícil recuperarla.

La enseñanza que podemos sacar de esta experiencia es que ser corredor, y más llegar a ser maratonista, es algo de lo que por sí solo debemos sentirnos orgullosos, sin necesidad de entrar en comparaciones o querer ser más que otros. No caigamos en querer aparentar o ser lo que no somos… recordemos que las mentiras, tienen las patas muy cortas.

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