Encuesta Running: mejores lugares para correr en Panamá
Resultados de la encuesta: análisis y comentarios
En días pasados preguntamos a nuestros seguidores sobre qué lugares eran sus favoritos para correr en la capital y alrededores. Gracias a los 102 corredores que participaron; el ganador fue Clayton-Ciudad del Saber; estos son los lugares ordenados de mayor a menor número de votos:
60 – Clayton-Ciudad del Saber
56 – Calzada de Amador
37 – Cinta Costera
28 – Parque Omar
27 – Calle Summit a Gamboa
18 – Malecón de Costa del Este
17 – Panamá-Pacífico
15 – Balboa y Cerro Ancón
El lugar preferido por la mayor cantidad de corredores con 60 votos fue el área de Clayton, especialmente dentro de ella lo que se conoce como Ciudad del Saber. Toda esta zona, que hasta hace 20 años se correspondía con la base militar sede del Comando Sur de Estados Unidos, ha logrado mantener sin demasiados cambios muchos de sus edificios e instalaciones originales, incluyendo los campos de juego, la piscina y el gimnasio, administrados por la Ciudad Deportiva Kiwanis. (Actualización: desde mediados de 2021, estas instalaciones son administradas por la propia Ciudad del Saber).
Clayton ofrece a los corredores un lugar con muchas ventajas, destacando entre ellas el estar cerca de la ciudad y bien comunicado, disfrutar de una temperatura más agradable debido a sus numerosas zonas verdes, disponer de cientos de estacionamientos, contar con seguridad privada e incluir instalaciones deportivas y de ocio complementarias. Clayton es un área muy tranquila, especialmente los fines de semana, y existen muchas alternativas de circuitos para correr, algunos de ellos con columpios y desniveles, como es el caso de la calle principal que pasa por las instalaciones del Seguro Social, el Consulado USA y llega hasta la entrada de Albrook.
La limpieza del lugar es otro de sus atractivos, ya que por parte de la Fundación Ciudad del Saber y los residentes del área se fomenta mucho el reciclaje y mantener el espacio libre de desperdicios. Incluso hay varias personas que de manera altruista suelen recorren los hombros de la calle principal eliminando los residuos que se encuentran a su paso.
Para las personas que se inician en el running o que no quieren realizar mucha distancia, la senda peatonal recientemente mejorada de 1.7 kilómetros es una excelente alternativa, y se presta para acudir con mascotas o niños pequeños sin el temor a sufrir accidentes con el tráfico vehicular.
Muchos grupos de corredores como Expreso Runners, La Tribu, TriZen o Nyeupe Timu, entre otros, tienen a Clayton como uno de sus sitios usuales de reunión, tanto a diario como fines de semana. También en sus calles y avenidas se celebran numerosos eventos de running durante todo el año, caso de las carreras de PAFRA, así como en diciembre la tradicional Santa´s Race, la prueba más numerosa en participación de las que se organizan a nivel local.
En segunda posición como lugar de preferencia con 56 votos se ubica Amador, con su calzada o Causeway que enlaza el área del Bio-Museo con las Islas de Naos, Perico y Flamenco.
La mayoría de los corredores suele completar un recorrido ida y vuelta similar, iniciando en los alrededores del restaurante Fridays, hasta el retorno en Isla Flamenco. Se trata de un circuito de 10 kilómetros en total, al cual se le pueden dar varias vueltas si se quiere realizar una distancia mayor.
Como puntos a favor de Amador los corredores nos han mencionado el fácil acceso, la gran cantidad de estacionamientos, contar con una ruta muy plana e iluminada de noche, y las vistas espectaculares de la Bahía y el Canal de Panamá.
En cuanto al tema de seguridad hay que tener cierto cuidado cuando uno se estaciona, ya que aunque la policía hace rondas por el área, se han dado algunos robos en carros mediante rotura de lunas. Por ello se recomienda estacionar en zonas iluminadas y donde haya otros carros de corredores en las proximidades.
Desde la ampliación de la propia calzada, Amador cuenta con tres casetas con aseos distribuidos a lo largo de la ruta para casos de necesidad, siendo este otro aspecto positivo.
En la ruta de Amador se puede correr bastante tranquilo y sin miedo a sufrir atropellos, ya que por la margen derecha en sentido hacia las islas solo existe el cruce con la calle que conecta con Punta Culebra.
La mayoría de los ciclistas que entrenan a velocidad en el área lo hacen compartiendo la calle con el tráfico de vehículos a motor, pero cuando se corre por la senda de peatones hay que tener precaución, ya que por el carril para ciclistas anexo pueden ir personas en bici o patinando en modo recreativo.
En el lado del debe de Amador está la ausencia de vegetación, -a excepción de las palmeras que franquean la ruta-, por lo que los rayos del sol cuando este sale en el horizonte, unidos a la altísima humedad del área, pueden castigar mucho el desempeño del corredor si se comienza a una hora tardía o cuando se realizan fondos largos.
La Cinta Costera se coloca en tercera posición del ranking al haber recibido 37 votos. Dentro de la misma se integra un primer tramo desde Paitilla hasta el Mercado del Marisco, el segundo que se corresponde básicamente con el Viaducto Marino, y el tercero que finaliza en el Estadio Maracaná. En total, de punta a punta son aproximadamente 7.5 kilómetros, lo que en ida y vuelta se convierte en 15 kilómetros. También existe la posibilidad de conectar este circuito con el recién mencionado de Amador, lo que permite completar una distancia total de aproximadamente 28 kilómetros.
Entre los pros de la Cinta Costera está su ubicación, con numerosos accesos a lo largo de toda su extensión, la facilidad de estacionamiento (salvo a ciertas horas laborables), el ser mayormente plana, y el poder correr por una senda propia alejada del tráfico vehicular.
Sus detractores argumentan que a ciertas horas, sobre todo los fines de semana por la tarde, suele estar saturada de gente, por lo que aunado a su estrechez, convierte en bastante molesto el estar esquivando a grupos de personas y a niños en bicicleta o patines.
El propio carril para corredores tampoco ayuda, ya que en gran parte está construido con baldosas rígidas cuyas uniones no siempre están uniformes, constituyendo un serio riesgo de caídas y lesiones.
Alcanzando la cuarta plaza entre los lugares de preferencia, con 28 votos en la lista aparece el Parque Omar. Muchos corredores consideran a este lugar como su «alma mater», allí donde dieron sus primeros pininos, caminando al comienzo, trotando a ratos después, hasta que pudieron finalmente completar una vuelta entera sin parar de correr.
El Parque Omar es un auténtico pulmón verde en medio de la ciudad capital, y tiene como es obvio a su favor la ubicación, ya que muchas personas de las que residen en un radio de pocos kilómetros no tienen que desplazarse en carro hasta el mismo. También, su abundante y frondosa vegetación hace que gran parte de la senda peatonal que lo circunvala y de otras secundarias que lo cruzan cuenten con sombra durante la mayor parte del tiempo, algo que se agradece mucho por el corredor. Entre sus ventajas, el parque cuenta con facilidades de aseo, tiene numerosa vigilancia de los cuerpos de seguridad, y dispone de iluminación nocturna.
Entre las rutinas que se pueden completar en el Parque Omar están entrenamientos de media distancia, series de velocidad cortas y trabajos de fuerza (tanto en la senda como en la grama). Sus constantes columpios no lo hacen indicado para correr más de tres vueltas (unos 10.5 kilómetros sin el tramo de estacionamientos), ya que la musculatura y articulaciones pueden llegar a sufrir mucho en las zonas de bajada. Por esta razón, los corredores menos experimentados es mejor que practiquen sus fondos en rutas más planas.
La necesidad actual de distanciamiento debido a la pandemia es un punto en contra del Parque Omar, ya que la senda peatonal es estrecha y suele estar muy saturada de personas caminando o realizando ejercicio. Encontrar estacionamiento dentro del parque también puede resultar a ciertas horas una misión casi imposible.
Con 27 votos llega al quinto lugar de la lista la calle de Summit a Gamboa, una de las rutas más apreciadas por los corredores en competencia, ya que allí se celebra una de las pruebas con mayor tradición del calendario nacional, la Media Maratón de Gamboa. Claro que hay que tener en cuenta que no es lo mismo competir, cuando uno dispone de hidratación y seguridad en la ruta, que cuando uno entrena en solitario.
Como puntos a favor de esta ruta está su recorrido, muy ameno y lleno de columpios, la frondosidad de la vegetación del área, -por lo que gran parte del trayecto está en sombra-, y el encanto de correr de modo paralelo al Canal de Panamá disfrutando de un espectacular paisaje, el cual incluye en muchas ocasiones el avistamiento de mariposas y fauna silvestre.
Tanto el área de Summit (donde se ubica el parque), como Gamboa (donde se ubica el poblado), cuentan con facilidades de estacionamiento, pero obviamente es un lugar alejado unos 30-40 minutos de la capital, por lo que el acceso al mismo se complica para algunas personas. Más que un sitio de entrenamiento diario, la ruta Summit-Gamboa es un lugar para entrenamientos de fondo de fin de semana. La calle de punta a punta tiene aproximadamente 10 kilómetros, e incluso se puede aumentar más esta distancia incursionando hasta el muelle del Smithsonian.
No todo son ventajas en esta ruta, y como puntos negativos encontramos la ausencia de luz en el recorrido (que hace necesario llevar head lamp si se corre de noche), lo complicado de la logística de hidratación (que hace necesario llevar camelback o similar), y la peligrosidad del tráfico, ya que la calle no cuenta con hombros y muchos carros suelen transitar a alta velocidad.
A mucha distancia de las opciones anteriores se ubica en sexta posición Costa del Este (18 votos), casi empatada con las otras dos opciones que cierran la lista, Panamá-Pacífico (17 votos), y el área de Balboa-Cerro Ancón (15 votos).
Costa del Este es el lugar de preferencia para entrenar de algunos grupos como el Team Simón, el Team Roque y el Team Nyeupe Timu MW. A favor de esta ubicación hay que mencionar que suele haber estacionamiento disponible después del horario laboral y los fines de semana, bastante seguridad por parte de las fuerzas del orden, y se puede correr por fuera de la calzada (bien en la senda peatonal y aceras, bien en la grama).
En Costa del Este se pueden completar trabajos de fondo al igual que de series, estando marcado un trayecto de un kilómetro cada 100 metros a este efecto que inicia al lado del puente. También la parte de grama es indicada para realizar ejercicios de técnica de carrera.
Fuera de lo que es propiamente el paseo o malecón, entrenar en Costa del Este después de la madrugada se vuelve con el paso de las horas cada vez más complicado, ya que para correr a velocidad casi es imprescindible el hacerlo en la propia calle, con el consiguiente riesgo de atropello.
La antigua base del Army USA de Howard, hoy reconvertida en el centro de negocios y residencial de Panamá-Pacífico, fue la opción elegida por 18 de los corredores que respondieron a la encuesta, algo menos de un 20 %.
A favor de Panamá-Pacífico está el hecho de que existen numerosas áreas para correr, algunas de ellas con abundante vegetación y poco o nulo tráfico vehicular, ya que la zona es tan amplia que muchos de los antiguos espacios y barriadas de la base permanecen al día de hoy todavía sin destino.
Los corredores que eligieron entre sus opciones preferidas a Panamá-Pacífico en su gran mayoría residen o trabajan en el área, lo que nos lleva a un hecho incontestable: con excepción de los domingos, desplazarse a Panamá-Pacífico solo para entrenar, no resulta una opción muy viable. El enorme tráfico vehicular de entrada y de salida por el Puente de las Américas y los consiguientes tranques, anulan casi por completo esta posibilidad. Este sería el mayor debe de Panamá-Pacífico, no tanto su lejanía a la ciudad capital, sino lo complicado del acceso por carretera.
En última posición cerrando la lista, y con solo 15 votos de los 102 posibles, se ubica el área Balboa y Cerro Ancón. Se trata de una zona muy bonita y que rezuma historia, con numerosas áreas verdes y un aire de cierto romanticismo que todavía se puede apreciar en los pabellones y casonas de madera típicas de la Zona del Canal.
El Edificio de Administración sirve como vigía del icónico Paseo de las Palmeras, actualmente –y en nuestra modesta opinión-, venido a menos con una serie de contenedores que se instalaron como arte urbano y que limitan el ejercicio físico que antes se podía realizar en la parte de grama. (Actualización: a la fecha de septiembre 2021 los contenedores habían sido removidos).
Desde el Monumento a Goethals se puede completar el ascenso al Cerro Ancón pasando por Quarry Heights, hasta llegar a la verja que da acceso al tramo final de la subida. La verja suele abrirse a las 6.00 a.m. y toda el área está vigilada por miembros de estamentos policiales. Hasta la verja hay una distancia de 2 kilómetros, y desde allá hasta la cima 1.3 kilómetros más.
Con sus 199 metros de altura, el Cerro Ancón es un lugar ideal para trabajos de fuerza y resistencia, ya que la parte final de subida desde la verja es muy constante, sin casi descansos. Muchos corredores suelen realizar varias subidas y bajadas a esta última parte (hasta 5 o 6 dependiendo de su capacidad), dejando su hidratación en la verja de entrada.
Lo mejor del Cerro Ancón es la belleza de su paisaje, con numerosas vistas a la ciudad, el aire puro que se respira, y la tranquilidad que se siente fuera de las horas en las que está más concurrido por personas que van en grupos a caminar.
Adicional a los ochos lugares anteriormente citados, algunos corredores nos dejaron otros como sugerencia, entre los que hay que mencionar Brisas del Golf, la Cinta Norteña, la Represa de Madden o Metro Park.
En realidad, de lunes a viernes los corredores suelen realizar sus entrenamientos en ubicaciones cerca de sus residencias o trabajos para no perder tanto tiempo en los desplazamientos, mientras que es durante los fines de semana, cuando los corredores se desplazan (generalmente para correr fondos), a otros lugares más alejados.
Lo más indicado es, dentro de las posibilidades de tiempo y de movilización de cada corredor, el ir alternando los entrenamientos en diferentes lugares, no solo para cambiar el perfil de las rutas y el trabajo específico a realizar, sino también para que los entrenamientos resulten más amenos y no caigamos en la monotonía.